La poesia y los días

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La escritura hija de los días. La que inventa al día, le da sentido y sustento y la que los días crean a su imagen y semejanza. Toda imagen que conmueva, que desordene los sentidos y sea capaz de convocar al desasosiego, al diálogo interior que es justificación de todo autor. La palabra que sobrevive, y en consecuencia, se distingue de la otra endeble, que cae al piso como hojas desmayadas. Posiblemente tendrá cabida otra tentativa: La que no provine de la experiencia personal; sino de la que se hace colectiva, nos elige de morada pero que nosotros no vivimos y llega como un eco de otro tiempo.

Ese será el acento de esta escritura, de allí su virtud y tragedia. No defenderemos ni una ni otra.

Frente a lo cotidiano y su contrario, habita el asombro; en este caso, la palabra que está por escribirse. No fumamos de lo concluido...

APUNTES IDEAS EJERCICIOS Y CRÓNICA DEL MÁS LARGO VIAJE DE LA UTOPÍA

martes, 15 de noviembre de 2011

San Fernando es una elegía

Entrada de San Fernando de Apure
Palacio de los Hnos. Barbaritos
San Fernando de Apure de comienzo del s. XX
Calle Bolívar de San Fernando de Apure con dirección al Paseo Libertador
Iglesia Catedral de San Fernando de Apure
Parque Marisela
Marisela, de los personajes famosos de Doña Bárbara
La Fuente y el denominado monumento de Negro Primero

 Fotos: De la colección de Elisur Emilio Lares Bolívar


(Primera versión).
Verdad que es así
esta ciudad que se acuesta y levanta sobre la angustia
a orilla del río
verdad que crece
y se mete por los ojos de los viajeros
                               en nosotros       NO
Nosotros le pertenecemos
                               y somos esta ciudad casi angustia de este cielo
verdad que es así
los de más allá                  los de la costa                  los del otro lado del río
la enamoran con palabras dulces
viven meses de gozo desde la entrada hasta el cabeceo de las aguas
el resto del año viven de la tristeza
estos pescadores de soles y lunas
soles del apure
y lunas del apure
de pie al amanecer, recogidos al último destello del día
en sus viviendas de aspectos nerviosos encalladas en el barranco
verdad que antes no era así
ahora los nervios de los potros
están aquí, en la furia contenida
que se manifiesta en los imprevistos
                                                                              de los transeúntes
ahora el río camina por sus calles cuando nos descuidamos
verdad que es así
los moradores llevan prisa y carecen de una humilde mirada para ella y sus aconteceres
¿hacia dónde se dirige tanta angustia?
La observo y me topo con 7 potros salvajes
Al río le pongo zarcillos y le pinto los labios
y lo dejo flojo de rienda para que camine
de la misma manera de la muchacha de 15 años que ahora cruza el paseo Libertador
y por la manera de caminar busca hombre y miradas tiernas
Quedan de pie la zapatería Roma, bulevar de por medio, la san Fernando
Allí podré reencontrarme con mis primeras botas de adolescente
Lolimar y cachilapo, cerraron sus puertas
Abundan nuevas putas y jóvenes que se visten de mujeres
Los vehículos se multiplicaron                   los más viejos semejan cascaras vacías de morrocoyes
Buhoneros adueñados de las aceras y calles
La plantilla del alcohol, también renovada
Los otros, los que se quedaron en el delirio
Las calles son voces y alegres notas musicales
Angustia de los que sufren por el familiar enfermo, venden
Los evangélicos, anunciando el fin del mundo
Los estudiantes y el transporte público
Reparo en el caminar de la muchacha que acaparó mi mirada
Verdad que es así
La plaza libertad, un punto en la memoria de los ancianos
por aquí pasaron los libertadores
pasó Bolívar y pasó Páez
                               Páez hizo cuartel y salió hacia San Juan a combatir los hermanos Farfán
que perdieron la pelea cuando la ganaban
porque un balazo pegó en el freno del caballo de Farfán y el animal se espantó
y los soldados lo siguieron
Idéntico suceso al 1837 se dio en 1848
cuando Páez salió de San Fernando a perseguir al compadre Cornelio Muñoz
en Los Araguatos una bala cortó las charnelas al freno de la bestia
del  jefe del escuadrón que ocupaba el ala izquierda del General Páez,

la montura desbocada, huyó,  y sus parciales le siguieron
a José Cornelio Muñoz lo ascendieron de General de Brigada a General de División
la columna del Capitán Lino Pérez también entró en la pelea que ambos jefes
disputaron con porfía

pasó Pérez Soto
y pasó Andrés Eloy Blanco
y pasó una semana santa Rómulo Gallegos
traído por su alumno Barbarito
verdad que es así
el olvido arropa a san Fernando
pero la noche lo despoja de malezas
el olvido es quien mejor lo conoce
puedo decir
que hoy lo encontré en la muchacha que convoca al deseo
pero despacito se me escondió
en una mujer de 40 que son mis años preferidos
voltié y lo vi como lo cargaba en la espalda un hombre de 65
que al momento de ordenar una cerveza pedía un chorrito
y le decía entusiasmado a su amada
                                                                              Yo pago lo que Ud. pida
—un chorrito, y el mesero repartía las copas rubias, coronada de espumas
—un chorrito y creo que es la ciudad sentada en la mesa
repartida entre amado y amada la que hablaba y ríe
Me agrada esta escena, el rostro amable de la angustia
¿pero quién paga lo que desea esta ciudad?
¿Quién le dice pida lo que quiera que yo pago?
—Cuidado, no invoque la incredulidad
aquí somos hombres de fe
puede venir una tonina
si se acerca hasta esta gente que huele a río
—¿No sabe Ud. de la vez que salvaron al recién nacido por los lados de Puerto Miranda?
Otro me dijo que se hizo canoero a los 7

y jamás avanzó más allá del Palacio de los Hermanos Barbarito
Ahora no sabe cuántos años tiene
Puede venir Puerto Miranda con sus lunas y soles
En la mañana es uno, a las doce otro y por las noche otro
—Lo llevo a Boca Apure por 500 Bs.
y las 10 horas de viajes estaremos en el sitio de donde partimos
Cuidado, no encare la incredulidad
—No se impaciente: desde aquí se ve como una mancha, desde aquí desde el puente
Fíjese en ese abanico de embarcaciones, verdad que son como una flor
Y sí yo voy, y me encuentro que no es lo que yo veo,
Además, me gusta, tener ganas de conocer a san Fernando
Puede escribir que jamás la visité para no matar mi ilusión

Yo no sé, pero ese joven metido a viejo
que es la resignación en plenitud
navegante, aguas arriba del atardecer
me habla de la atarraya donde amarró a la ciudad de san Fernando
de los montes y soles de un amanecer de lunas
tenga fe
por este lao llaman Jobalito
¿qué quien paga la cuenta?
Puede venir la garza y tres corocoras a la baranda del puente
bajo el cielo del oro del sol de la tarde
Y así, sí es verdad, estaré perdido
¿Puedo decir algo de la garza morena posada sobre la catedral?
El tráfico              los vehículos      ¿escoltados de bestias y 500 caballos de la Candelaria
de un mismo color? Dirán que estoy ebrio.
¿Qué puedo decir de la garza que no tenga que ver con el silencio y el sosiego?
El ruido cambió nuestra manera de ser
Que vengan en procesión garzas del Orinoco abajo y el río nos guarde
Que le prendan velas pero no por él sino por nosotros
porque si este río se muere, la patria agoniza
ando en dudas que es mi manera normal de andar
—Un chorrito y llegan al poema la calma, el sosiego, la casa, la tienda de libro,
la ciudad que es el río y el río que es la ciudad,
los hombres que huelen a río y los que huelen a caballo y los que huelen a san Fernando
y la muchacha que acaba de arruinar mi amor con mi mujer de 40
—Un chorrito y la ciudad bosteza y se pinta los labios
La muchacha se llama Marisela porque se parece al río,
O acaso, el río enojado conmigo, me responda,
que es él el que se parece a la muchacha y tiene 15 años
¿Sabrá que ahora escribo para ella?
Río y muchacha, tienen que ver más con san fernando, hoy por hoy
¿Verdad que es así?
en el Trinacria Sánchez Olivo me hizo ver que san Fernando cabe en un tango
adiós purezas inútiles
adiós garcitas de todos los colores
adiós garceros de los atardeceres bonitos
adiós barcos de chapaletas
adiós lágrima ingrata
adiós deseo contenido y desatado
adiós angustia

esto es lo queda, esta ciudad, asediada de río y furias de caballos,
de planes de libertadores y caudillos frustrados
blanco del descuido de sus gobernantes
y es lo queda y punto y así la amo y deseo perpetua
sin barcos de chapaletas
y sin casas antiguas de dos plantas

—un chorrito y el hombre y la amada retornan al poema
y la angustia retorna y la incredulidad
—¿Dónde queda san Fernando?
En el rostro de la recién nacida
aprisionada entre cartera, bolso y pecho de la madre
y esperan taxi en el estacionamiento del Hospital
En la res desgaritada sobre la carretera
En la partida del transporte largo de ganado y su olor

En el rostro de la muchacha en el momento que cambia a mujer
¿Qué piensa cuándo ahora cruce el paseo libertador después de probar hombre?
en la embarcación que nunca traerá
ni siquiera una línea de la que me dio sabana sin merecerme
—Adiós amor, también llegó la hora de despedirte
Luce las piernas de las quinceañeras de comienzo del siglo XX
Luce el semblante del gran puerto de San Fernando
de  vapores amarrados al frente del palacio de los Barbaritos
y otra vez  las toneladas de plumas de garza viajando hacia Europa
Yo viajo hacia la casa de los Ligeron…
Iré a la casa Bolívar, la fuente y la plaza Bolívar
Me detendré frente al monumento de Negro Primero
otra manera de aludir al llano y traer los caballos al poema
y procuraré que una vista hacia atrás, recta
abarque el hotel la Torraca, las antiguas esquinas de la Giraluna,
las zapaterías Roma y San Fernando y desfallezca al rompe de la Av. Caracas

puede venir Las cabañitas y el Aeropuerto
el liceo Lazo Martí, la técnica y el Rómulo Gallegos
la Voz de Apure, el interdario La Idea y el semanario El Llanero
puede venir la caimana de los colmillos de oros
puede venir El Recreo y Samán Llorón
la parada de las camionetas campesinas
la vía hacia la Guanota
toda la avenida Miranda
convoco al desaparecido Aerorío
el accidente que nos dejó sin Ramón Castillo
momento aquel de la voz temblosa de Francisco Montoya
convoco mi primera visita a san fernando
agarrado de la mano de mi madre
sin cedula en el bolsillo
la vez que mi novia virgen me llevó al hotel
convoco y estiro
la otra de la plaza Juan Vicente Torres del Valle
y la maracuchita que también hice mujer,
vecina de mi residencia, en la calle Muñoz
Traigo flores de bora y se las cuelgo al bulevar de zarcillo
Este es un amor de vida entera
Cayenas, titiara y platanillo, traigo
Traigo caballos y potros de la Calendaria
Traigo gallos finos de Achaguas

—Un chorito y el amor vuelve y se aleja
Verdad que es así
Por aquí valecito, es así
Verdad que es así

la desgracia de este día, octubre 12 del 2011,
la reparo cantando a la ciudad de san fernando

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