La poesia y los días

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La escritura hija de los días. La que inventa al día, le da sentido y sustento y la que los días crean a su imagen y semejanza. Toda imagen que conmueva, que desordene los sentidos y sea capaz de convocar al desasosiego, al diálogo interior que es justificación de todo autor. La palabra que sobrevive, y en consecuencia, se distingue de la otra endeble, que cae al piso como hojas desmayadas. Posiblemente tendrá cabida otra tentativa: La que no provine de la experiencia personal; sino de la que se hace colectiva, nos elige de morada pero que nosotros no vivimos y llega como un eco de otro tiempo.

Ese será el acento de esta escritura, de allí su virtud y tragedia. No defenderemos ni una ni otra.

Frente a lo cotidiano y su contrario, habita el asombro; en este caso, la palabra que está por escribirse. No fumamos de lo concluido...

APUNTES IDEAS EJERCICIOS Y CRÓNICA DEL MÁS LARGO VIAJE DE LA UTOPÍA

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El deseo de impedir el paso del río



Soy estos libros, pero también los que tengo pendiente escribir.
Puedo ser otro, pero jamás la negación de ellos.
Por fortuna, no me siento orgulloso de sus existencias, sino de los que le dieron contextura, forma y contenido. Un autor, a veces es la suma y la lectura personal de otros autores, lo que creyó que decían aquellos. A eso, agréguele, los lugares, sonidos, olores e imágenes que me persiguen y se cruzan cuando enfrento el espacio en blanco donde deposito la escritura.
Me sorprende, lo que descubren en entre sus páginas; lo que no me propuse decir, pero lo demás deducen de su lectura. 
He terminado pareciéndomeles, porque no queda otra, porque si vamos a encarar el asunto, de frente y de perfil, puedo intentar su reescritura. ¿Y así qué quedará de ellos y de mí? La sustancia inagotable: la imaginación, lo más probable.
Irremediablemente, están atados a un lugar. De una línea a otra, brotan seres y situaciones que continúan conmoviéndome. Mis compañeros de aquellos días de infancia, solicitan que no deje nombrarlos. Ese misterio, ese poder de renombrar las cosas, apunta hacia una pradera donde el recuentro con los otros, sin dejar de ser yo, tiene presencia. La celebración y el padecimiento, y entre ambos, el deseo de retener, un río, una casa, una palabra que aunque sé, no única del lugar, le pertenece y lo sostiene. Esa carencia y esa búsqueda, esa posibilidad del recuentro también es asunto de Yo, don caballo rey (1995).

Miguel Pérez
(Achaguas, 1962)

1ª Edición, 2006

Retorcida palabra de los dioses convertida en puerta

Toco
vuelvo a tocar

La puerta
invita a cubrir
mi cuerpo
con su cuerpo

Toco
vuelvo a tocar
pero nadie responde

La señora inspiración
está sentada en la sala
y me recibe amigablemente
Pregunto por los dioses
tratando de evitarla
Están de huelga, me sonríe…

entiendo que debo
tocar una y otra vez
hasta que el trabajo
lo haga todo
al paso de los días



1ª Edición, 2008

Escucha al río como lo hace el bosque

                               a los nuevos
                                                                               de los talleres

tan hermanos ellos del poema
bien hecho a la medida del crítico
                                                                              le recomiendo las impurezas del alma
son válidas las cosas del espíritu              yo no lo niego

dejar la memoria en blanco frente al poema
                que el poema sea un mar en la página
                                                                                                              se aleje y se acerque a nosotros
                                                                              sin romper la forma y el fondo
que la imagen se abra sin nombrar la flor
debemos matar al hombre
                                                               y ya sin ojos escuchar al río
                                                               como lo hace el bosque

que la noche se imponga y las palabras se ajusten a su paso
                                               tengan su propio tiempo
                                               y sean las rayas del tigre

deben mojarse de sabiduría y convocarla
ofrendar al espacio el pequeño dios que nos habita

                                                                                              (Vengo del fracaso, madre.
                                                                                              ¿Hacia dónde vas?
                                                                                              Hacia el fracaso).
                                              
(Desde que renuncié al porvenir
                                               Me levanto más temprano y vivo mejor.
                                               Ahora él espera por mí y se comporta más comprensible).

                                                                                              (A veces los políticos me preocupan:
los trato de ayudar y me pagan con un puesto de secretario).

He aquí esta experiencia mía
APARtate DE LOS consejeros de la poesía.


Una historia de la poesía

Nadie puede tener conciencia de lo que escribe
Opta por el arte y el poema lo persigue con cuchillo en mano
Se trata de una larga lidia contra los lugares comunes
Una guerra contra la palabra árida
                               Todos los accesorios deben caer
                               Defensa y pureza de la lengua
Multiplica el crimen y de ese desorden de los sentidos
Reinará el sabio hacer
                                               La loca enfermedad
llegará después de una siembra ardua y de varias lunas
A veces nos acecha el poema y no lo sabemos resolver
colocándonos en la misma ecuación que se establece
entre el delincuente y la víctima
Este oficio no se aprende: en eso difiere con el amor
No se explica: quienes lo han intentado procuran establecer una nueva gramática
Lo inventaron los hombres en contrapartida al castigo de los dioses y de los príncipes
Escribe contra el gobierno
Sé ocioso
Despliega en cada verso la memoria de un siglo
Vivir el momento, ha dicho Borges.
Yo vivo la oscura noche de la mujer
que me pidió un verso bonito


vino tinto
Vino de la soledad
                                                               que me hizo ver
                                                               el goce de estar triste


choreada de menguante
               
la luna
                entregó tu reloj

derribo puertas
cuando molino de tus ojos
me tortura hasta desangrar


noche
benditas sean
tus mariposas de lluvia y cielo



 1ª Edición, 2008

Fragmentos de una poética inconclusa

A
saber quién es uno
después de tantas distancias
de travesías rotas
de rumbos encontrados

B
Vivir y desvivirse
escribir siempre desde lo claro
penetrar lo oscuro
seguir la sombra
trazar su vuelo

C
Soplar fuerte las brazas
Jugar con el dolor
Padecer la palabra
Morir de ella
Vivir de ella


El abandono aprieta

la puerta
                el sitio
                               un punto
                donde un cuerpo desnudo de mujer habitado por un cuerpo desnudo de hombre
quedaron los árboles como testimonio del hecho
una cruz de señal y una casa a la intemperie


¿Qué hacemos?
hay nuevas flores

a pesar del verano
las aves vuelan
                                               hasta ese lugar de antes
Muchos árboles no están
Tampoco nosotros, ni la puerta negra del corral. Ni la casa

Apenas un rastro enfermo donde la soledad nos apretó la soga


A fuerza  de palabras he filtrado las llagas del olvido
Estoy cerca de mis parientes
pero ninguno de ellos se da cuenta
¿Estaré muerto de tanto sueño?

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