La poesia y los días

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La escritura hija de los días. La que inventa al día, le da sentido y sustento y la que los días crean a su imagen y semejanza. Toda imagen que conmueva, que desordene los sentidos y sea capaz de convocar al desasosiego, al diálogo interior que es justificación de todo autor. La palabra que sobrevive, y en consecuencia, se distingue de la otra endeble, que cae al piso como hojas desmayadas. Posiblemente tendrá cabida otra tentativa: La que no provine de la experiencia personal; sino de la que se hace colectiva, nos elige de morada pero que nosotros no vivimos y llega como un eco de otro tiempo.

Ese será el acento de esta escritura, de allí su virtud y tragedia. No defenderemos ni una ni otra.

Frente a lo cotidiano y su contrario, habita el asombro; en este caso, la palabra que está por escribirse. No fumamos de lo concluido...

APUNTES IDEAS EJERCICIOS Y CRÓNICA DEL MÁS LARGO VIAJE DE LA UTOPÍA

domingo, 25 de julio de 2021

Isla de Los Achaguas. Olvido y Desolvido VII

¡Así son las sabanas apureñas!       
Foto (Desconocido).


DIÁLOGO CON O’LEARY

BOLÍVAR EN LOS POTRERITOS MARREREÑOS

(Crónica)

                                                                                 Miguel Pérez

ya en mi casa

el tomo 27 de O’Leary

ocupa puesto debajo del chinchorro

el chinchorro tejido por mi madre

a mi gusto con mi nombre estampado

hace tres años que yo dejé

ese libró allí

                               y a mi regreso el libro está allí

—¿Madre?...

—Ud. lo dejó allí. Nadie tocó eso…

—¡Madre te amo!

y llegó O’Leary

y yo lo puse al día

con los cuatro escritores dublineses

que son mis amigos

y ya en confianza O’Leary me dijo

sobre el año 19

—Una de las campañas

 más memorables

de la guerra de independencia

Y sin ningún alarde enumeró

—Tenía Bermúdez

 en Maturín

seiscientos hombres

(reclutas los más)

Zaraza y Monagas tenían sus guerrillas

maniobrando en los llanos de Barcelona

y en la parte oriental de la provincia de Carácas.

—¿Y a estos se llamaban el ejército de Oriente?

—¡Yes!

Esta fuerza irregular …

se llamaba el ejército de oriente

—Así no más… Ud. escribe

—reforzada con algunos destacamentos

sacados de los hospitales de Angosturas

y pueblos circunvecinos

—¡No sólo eso! ¡Yes! … ¡Right!

obrando a las órdenes del general Mariño

se considera suficiente defensa

 de Angostura contra toda invasión.

—¿Y qué lugar ocupa el general Urdaneta?

—¡Ah! ¡Yes!

Veo que Ud.

conoce línea por línea

las Memorias

lo nombraron comandante

de los auxiliares británicos

que se esperaban

por momentos

en Margarita

Y no olvide

—el general Santander

ocupaba a Casanare,

por orden de Bolívar…

—Páez ocupa a Apure…

¿Y el ejército invasor…?

—El general Morillo ocupaba a Calabozo

á la cabeza

de cerca de siete mil

hombres

de todas las armas.

—En términos militares

 ¿qué hacía la diferencia?

—Oponían los independientes un ejército

 inferior en número y en disciplina

 sólo superior en caballería

—Páez testimonia

que mandó

 a incendiar

a San Fernando

— á la sazón

en que

Bolívar

 llegaba

 á San Juan de Payara,

Morillo cruzó el Apure

en el paso de San Fernando

el 24 de Enero de 1819,

sin encontrar la menor oposición,

por la timidez del coronel Figueredo

—¿Cuál era la tarea por cumplir de este coronel?

—tenía encargo de observar sus movimientos

é inquietarle caso de efectuar el paso.

—¿Cumplió esa tarea a cabalidad?

—Este oficial redujo á cenizas la población…

—¿A San Fernando?

—¡Yes! y se retiró

 cuando

se aseguró

de que el enemigo avanzaba.

—¿Dónde se encontraba Páez?

—El general Páez evacuó á San Juan de Payara…

cruzó el Arauca en el paso del Caujaral

y estableció allí su cuartel general,

después de fortificarlo

y montado siete piezas de artillería

á orilla del río frente al pueblo.

—Así comenzó

entonces

 la invasión de Morillo

¿sin ningún contratiempo?

—Morillo marchó enseguida hacia el Arauca…

por cortos días

 el cuerpo principal

de su ejército

se detuvo en San Juan de Payara…

—Por lo visto este general no conocía el miedo…

O’Leary me dice todo con la mirada y agrega

—El 2 de Febrero, estando en el Caujaral,

cambio algunos tiros con los independientes

—¡Ah caramba! ¿Páez permaneció en su sitio?

—Morillo el 3 hizo una marcha de cuatro leguas

 hácia la cabecera del río

y lo cruzó por el paso Marrereño,

al cual dio el nombre

de Nuevo paso del Rey.

—¿Ya entonces ambos generales

tenían el Arauca a la retaguardia?

Morillo buscaba a Páez

 y Páez retrocedía

¡Esa era la orden superior! —me imagino

Páez al saber la noticia… ¿Qué hizo?

—tuvo que mandar retirar á Anzoátegui

con la infantería y artillería

 sobre la Mata Casanareña,

á pocas leguas á retaguardia.

—Una breve digresión

¿A qué llamaban los llaneros

Mata Casanareña?

—A una pequeña isla formada

 por dos rebalsas profundas

 en que se depositan

las aguas de las lluvias,

 pero que en la ocasión estaban casi secas.

—¿Y en esta Isla pensaba Páez resistir a Morillo?

—Páez reconoció

pronto

que la posición era insostenible

—¿Me dice que era imposible para Páez?

—no habría podido resistir en ella

por medio hora á la infantería española.

—La orden que recibió Anzoátegui

de continuar su retirada sobre el Orinoco,

confirma su parecer…

¿Qué resolvió respecto a su caballería?

—Páez resolvió estarse á la vista de Morillo

—Ya sabemos

que esa

es su única

ventaja sobre el enemigo

—pero no se olvide del perfecto conocimiento

que tenía del terreno.

—Ya entonces no es una sino dos las fortalezas de Páez

—Sí. Omití la segunda al inicio de mi escrito.

—Y del paso Marereño o Nuevo paso del Rey

¿hacia dónde se movió el ejercito del Rey?

—El 5 ocuparon los españoles al Caujaral

—¡Pero este hombre no se dormía en los laureles!

—¿Quién?

—Mr. Morillo…

O’Leary con cara afirmativa

me dice que en tres días pusieron

en estado de defensa

al Caujaral y además

aseguraron su comunicación con San Fernando

—¿Con San Fernando? le repregunto

y la respuesta fue la misma.

Entonces yo le comenté

¿Es verdad lo de Páez

que comenta el Capitán Vowell?

“Yes.” Yo también lo refiero.

—¡Por supuesto! —le digo.

Y un tanto complacido añade

—Páez en persona acosaba

 al cuerpo principal del enemigo,

y le desafiaba en las marchas

y áun en sus mismos campamentos.

—Vowell refiere que Páez colocó a Rangel

en San Juan de Payara para cortar la comunicación

con San Fernando…

—¡Seguramente! Yo manejo la información

que El día 8 destacó un piquete

al mando del intrépido Aramendi

—¿Qué recuerda

Ud.

de las

singularidades

de Aramendi?

—¡Nada menos! el primer lancero

 y el jinete más experto del Apure

—Decía o escribe Ud. que el piquete Aramendi…

—¡Bueno!  Yes. Ese día…

penetró en el campo del Caujaral

—Y no sólo eso…

—¡Yes! reconoció detenidamente el ejército realista,

y al verse atacado por una fuerza superior,

se retiró en buen órden, sin pérdida alguna,

pero no sin ocasionarla á sus perseguidores.

—Páez parecía convencido de que Morillo

no cruzaría el Arauca… Y no sólo lo cruzó

persiguió la infantería por buen trecho…

—Morillo continuó su movimiento el 9…

—¿Hacia dónde Mr. O’Leary?

—siguiendo la pista á la infantería independiente

—pero con Páez en constante acecho —escribe Ud.

entonces reparo en la imagen: “soledades hostiles.”

y me la reservo…

Y cómo para retomar el diálogo

mentalmente paso de una  a otra línea de O’Leary

—A medida que se retiraba la infantería patriota,

la caballería incendiaba las sabanas…

—¡Yes! … privar de forraje á la del enemigo.

¡este es el arte de la guerra!

—Páez además había tenido el buen acuerdo

de arrear á lugares distantes

los ganados que encontraba en el tránsito

—¡Doble objetivos! Y repare

que solamente dejaba

las partidas cerriles á la vista

—¡Entiendo! Un tercer objetivo

cansar á los jinetes enemigos

 en sus inútiles esfuerzos

—¿Cuál fue entonces la ganancia

de Morillo después de ubicarse

 a espalda del Arauca?

—Morillo sólo encontró hambre

y devastación en su marcha

     de Arauca á Cunaviche.

—¿Puede decirse que los patriotas

plantaron una estrategia militar correcta?

Primero evitar el cuerpo a cuerpo con Morillo

y luego, aislarlo en las soledades inhóspitas.

—Bueno, ese adjetivo, no es mío

yo escribo “soledades hostiles.”

“yes”, Morillo al mes de cruzar el Apure

adquiere conciencia de lo inútil de su estrategia

y fíjese que Con admirable destreza

burló la infatigable vigilancia del enemigo

y repasó el Arauca sin pérdida alguna, el 25 de Febrero

—No sé si Vowell o Páez atestiguan

 que marchó por la orilla del Arauca…

—Yo tuve el honor de hablar con Morillo…

Morillo, después de algunos días

de descanso en San Juan de Payara,

y después de reforzar

la guarnición de San Fernando,

marchó sobre Achaguas, y la ocupó el 8 de marzo.

—¿Y ya en Achaguas que hizo?

—tomó todas las medidas

recolección de ganados

y mandó a construir flecheras

—dominar los ríos ¿All Right?

Emocionado O’Leary me sirve un té

—Ya para este momento

Bolívar remonta el Orinoco

—¡All Right, Mr. Pérez!

El 11 de Marzo Bolívar se reúne

se reunió con la infantería

del general Anzoátegui…

—¿Eso fue donde? ¿En qué parte?

—En Araguaquen…

sitio próximo al Orinoco,

donde desemboca el Arauca.

—Vowell dice que Bolívar esperaba por un refuerzo…

No sé. Algo así de un contingente

que Urdaneta debía  conducir

hasta Angostura

—trescientos ingleses acompañaron

al presidente

 desde Angostura

hasta San Juan

—Pero antes de llegar a San Juan…

—¡Very well! Mr. Pérez

el batallón extranjero creció

con la incorporación de los ingleses

alistado en los batallones criollos.

 A este cuerpo auxiliar lo mandaba

 el mayor Juan Mackintosh,

 y se le destinó á la división

 de Anzoátegui.

—El 11 de marzo Bolívar

está en Araguaquen

e incorpora a su ejército

la infantería de Páez…

Ahora ¡bien! Mr. O’Leary

por la comunicación

del presidente Bolívar

marzo 17 de 1819

dirigida al Vice-Presidente Zea

Bolívar dice en primera persona

—voy volando sobre Morillo,

“Aprovechándome

de las circunstancias,

á quien no dudo destruir,

 si nos aguarda en sus posiciones

de la isla de Achaguas”. 

Achaguas está en la mente de Bolívar

pero el está en el Hato El Polvero,

cercano a Cunaviche,

y  viaja hacia San Juan de Payara…

—¡All Right! En Cunaviche, el general Páez

a la cabeza de su caballería victoriosa

se reunió con la infantería.

—¡Si, así está escrito!

Me parece leerlo de nuevo.

—El ejercito pasó el Arauca en el Caujaral,

y dejando á la derecha á San Juan de Payara,

 guió hácia el cuartel general de Morillo.

 

…determinó Bolívar atacar

un cuerpo enemigo

separado del principal,

acuartelado en La Gamarra,

hato situado á la izquierda del Apurito

 y como á cinco leguas de Achaguas.

—¿Y qué pasó Mr. O’Leary?

—¡Mire!

Sin ser sentido y á marchas forzadas

se aproximó á La Gamarra,

 y en la mañana del 27 de Marzo

sorprendió las avanzadas del enemigo

y las hizo tocar retirada.

—¡A ver! Dígame, por favor quién dirigió…

—Dirigió el ataque el general Páez en persona.

recuerdo que El batallón Rifles recibió la órden

de penetrar por el camino principal,

hasta el edificio donde el coronel Pereira

 estaba apostado con el regimiento de La Unión

y un escuadrón de caballería

—Ud. dice que siendo completa la sorpresa

del rodeo que el batallón Barlovento

ejecutó sobre la derecha del enemigo

—los realistas hicieron obstinada resistencia

y en consecuencia,

—Contenido el ataque de Rifles

y rechazado el de Barlovento,

a falta de pertrechos, los patriotas,

se replegaron a esperar el refuerzo ya enviado

pero los españoles cruzaron el Apure en canoas

y efectuaron su retirada en buen órden

y casi sin quebranto

Tres circunstancias sorprendieron a los patriotas

—Los guías del batallón Rifles

al primer tiro

abandonaron

al comandante Pigott

que nada conocía del camino

—En segundo lugar,

los indios que componía a este batallón

no dominaban muy bien el rifle

—Y Tercero, el general Páez

cayó durante la acción,

con uno como ataque de epilepsia

de que desgraciadamente sufría.

—Se invirtieron entonces las cartas…

—¡Naturalmente! Este revés desvaneció

 las esperanzas de Bolívar

pero Al siguiente día pasó el Apurito

 y se acercó más á Achaguas…

—pero ¡claro! ya sin el pertrecho

de sorprender á Morillo en su cuartel general.

—¡Yes! Morillo…

reunió sus tropas

y salió en solicitud de Bolívar.

—Ud. habla del gesto de Morillo…

—¡Yes! ¡Yes! I consider

Bolívar tomó posicione

á la margen izquierda del Arauca.

El español acampó en frente…

—¿Los separaba el río?

pero ménos acucioso de cruzarlo

 en esta vez que en la pasada

Y O’Leary se ríe

—homenaje que rindió sin duda…

—¿Fue esta la antesala

de las Queseras del Medio?

—Le cuento.

El 2 de abril se ordenó á Páez

hacer un reconocimiento

de las posiciones enemigas.

—Y Páez escogió entre sus jinetes,

 y principalmente entre los oficiales,

 150 de los mejores lanceros

(—en realidad escogió a 149)

—que, montados en los caballos

más lijeros del ejército

y con él mismo á su frente,

 llevando las sillas en la cabeza,

se lazaron á la rápida corriente

 y ganaron la ribera opuesta

 en un punto sobre la derecha

del campamento realista.

O’Leary me ve…

No demoro su pedido

—Dividiendo al instante sus hombres

en tres pequeños grupos,

dirigióse á toda brida hácia el enemigo.

—¡Stop! Perdone. Siempre

 me traiciona el inglés

—Morillo fue víctima de un mal calculo

—Al ver Morillo este movimiento,

juzgó que todo el ejército había pasado el río,

y formando el suyo en órden de batalla

se adelantó al encuentro de Páez

 con su caballería y algunos infantes

—¿Pisó el peine Morillo?

O’Leary celebra la frase

y emocionado dice con las manos

que Páez emprendió la retirada

pero al ver cuajada

el gran trecho que separaba

a la caballería enemiga

del cuerpo principal

—volvió caras de repente

 y cayó sobre ella

con tanta intrepidez

que la obligó á retroceder

sobre su infantería y artillería,

matando á cuantos opusieron

 la menor resistencia.

Por la otra parte,

—La infantería española,

formó en cuadro,

procurando así

proteger la retirada

 de los Húsares

y Dragones fugitivos,

en tanto que la artillería

rompió un fuego vivísimo

contra los valerosos llaneros.

—Páez refiere que Bolívar

lo dio por muerto.

—¡Bueno! La noche puso fin al combate…

pero los realistas estuvieron sobre las armas

hasta el día siguiente amparados por el bosque.

—Ud. dice que

El 4 levantó sus reales el general Morillo

 y contramarchó á Achaguas,

donde reconcentró sus fuerzas.

—Esto es así porque

Los combates de La Gamarra

y de las Queseras del Medio

 le desalentaron

y justificaron

la necesidad de evitar

 en lo posible

peleas aisladas con los patriotas.

O’Leary sirve un té para él

y otro para mí.

Aprovecho y le comento

la emboscada de San Juan de Payara

que refiere el Capitán Vowell

—Prolijo … sería entrar …

en los muchos lances

de esta campaña

entre las guerrillas independientes

y las tropas españolas…

—tenga presente —me confía O’Leary

que algunos fueron verdaderos prodigios

de valor personal,

qué bien merecen el honor

 de figurar en la historia patria.

Una cosa es cierta,

—Durante la estancia

 de Morillo en Achaguas

 no pudo tener expedita

la comunicación con San Fernando,

bien que puso esta plaza

en el mejor estado

                de defensa

 contra cualquier golpe de mano.

Y entonces me contó

una página que nadie menciona

—En cierta ocasión

salió de Achaguas

un convoy protegido

por trescientos hombres

entre infantería y caballería,

teniendo que atravesar por país

cubierto de bosque y maleza.

Y junto a él repito:

De repente se vieron atacados

por la guerrilla del coronel Muñoz…

—Tres veces les cargó Muñoz

y otras tantas fué rechazado.

Guardo silencio. Soy todo oído.

—En una de estas cargas

 el capitán Bolívar,

valiente oficial de hercúlea fuerza,

 rompió las filas enemigas…

(O’Leary se lleva el té a la boca.)

pero por desgracia fue herido gravemente

y animado por la lectura de su párrafo

y como quien narra lo visto, añadió

—herido gravemente por un lancero

y todavía con la lanza clavada en el pecho,

hundió la suya en el cuerpo de su adversario,

que cayó exánime en el acto.

Sigo leyendo con temor que

—El capitán entónces,

se abrió paso por entre los enemigos

y volvió á ocupar su puesto

arrastrando

aún

del pecho

                la terrible arma.

—Procedieron entonces los llaneros

a su recurso favorito:

echaron fuego á los bosques,

y la guerrilla de Muñoz

después de apoderarse

de la correspondencia

 y de dispersar al enemigo,

regresó al cuartel general.

 

Lo recuerdo bien

esa era la tarea de Rangel

—desde el principio

y durante toda la campaña

El coronel Rangel se distinguió

en muchos encuentros,

Por lo común se mantenía

 á retaguardia de Morillo,

quitándole los rezagados,

alejando los ganados

y alarmando su campamento

durante la noche.

—Mire —me dice O’Leary

después de las Queseras del Medio

Tuvo informe Rangel

de la presencia en Nútrias

de un fuerte destacamento

 de caballería é infantería

y hacia allá marchó

—¿Y qué pasó?

—Quería decirle

que a su regreso

un pequeño piquete de su cuerpo,

dio de repente con el escuadrón de Guías

Este escuadrón escoltaba

 al general La Torre de camino para Barinas,

 se apoderó de sus equipajes

 y puso en libertad

á los prisioneros que conducían.

—Después de las Queseras…

ambos ejércitos lucen desconcertados.

¡Nadie sabe dónde está el enemigo!

—Y yo digo que esto es así.

Cuando se retiró Morillo á Achaguas,

Bolívar marchó

 por algunos días

orillando el Arauca,

 y el 8 de abril pasó

 con la infantería

y algunos escuadrones

mal montados á la ribera izquierda…

—Dice Ud. que atraído por el fin

de recoger ganado de un hato

 á poca distancia del paso.

—Mire —dice O’Leary…

Me le adelanto y leo

—El 9 al apuntar el alba,

 Bolívar acompañado

 del general Páez

y de su estado mayor,

se adelantó como á media legua

 de la infantería,

 cuando observó una nube de polvo

que se levantaba á corta distancia.

El cronista de la guerra de Bolívar

muy satisfecho de mi lectura,

ratifica que al ver la nube de polvo

precedió al reconocimiento

á cargo de un piquete de carabineros,

 y se vino en cuenta…

que todo el ejército español

estaba acampado

en el hato mismo

hácia donde se dirigían los patriotas

—En otras palabras, el horror del abismo

se presentó ante Bolívar

No pienso en la mala suerte.

                               Pienso en los ojos de la victoria…

pero imperturbable O’Leary añadió

(tal vez no dije nada.

 Tal vez sólo aquello

se cruzó en mi pensamiento)

—al instante hizo alto

y tomó posiciones la infantería.

Vuelvo a leer a O’Leary

en mis noches íngrimas

—El general Páez con veinte jinetes…

Me detengo. Observo el estado de los caballos

Los de Páez estaban ménos

 fatigados que los demás,

Páez avanza hacia Morillo

Morillo anda en las misma de Bolívar

—había salido de su campamento

 con algunos oficiales

y una escolta de Guías…

A Morillo que lo creen en Achaguas

lo encuentran donde no lo esperan

pero a éste

como al otro

lo embarga la sorpresa

al ver indicios de aproximación del enemigo

y así solo tiene ojos, entonces,

para creer lo que no es cierto

que sólo sería una de las guerrillas

que constantemente

 acechaban

 la retaguardia

y los flancos de su campamento.

O’Leary atestigua que

Su escolta

 se puso

á escaramucear

con la de Páez

y hasta el mismo Morillo la cargó

¡fortuna para los patriotas

y fortuna para los realistas!

se detuvo Morillo;

y obró con acierto,

pues al caer en el lazo de Páez

quizá no habría bastado

 á sacarle de él

su reconocida intrepidez.

La nube de polvo

salvó a Morillo

y salvó a Bolívar

Narra O’Leary que el coronel Alcántara

lo percibió todo

Morillo no descubrió

                               que allí estaba

la fuerza principal,

de Bolívar

—la infantería, cansada

por las marchas y contramarchas

y sin el apoyo de la caballería,

por el estado de los caballos,

y muy distantes de las canoas

en que habían cruzado

el Arauca la noche anterior…

Y en vista… o tal como está escrito

—Bolívar al notar que Morillo

no tenía conocimiento, ni remoto,

de su movimiento,

dio órdenes á Anzoátegui

—¡A la contramarcha!

 y despachó un oficial á alistar

 las mismas embarcaciones

que les habían servido la víspera…

En este momento

                               el oráculo Alcántara

anunció la bienvenida

de un nuevo tiempo

Atrás quedaba la derrota.

y Después de una penosa marcha,

el ejército independiente

repasó el Arauca

por allí mismo

por el paso que Morillo

en conmemoración de su hazaña

había llamado “Nuevo paso del Rey.”

y no fue hasta el 12 de Abril

que llegó el ejército

al hato Caraballero

—¡Qué! ¿dónde queda este hato?

—situado á orillas del Arauca.

pero Era necesario hacer alto,

siquiera por breve espacio

—Necesitaba la infantería de un respiro

no lo había tenido

 desde la salida de Araguaquen

—Y además añade O’Leary

era necesario que el presidente

despachase el cúmulo de negocios

aglomerado durante la campaña.

—Y Los realistas, entre tanto

 habían regresado á Achaguas,

pero la caballería llanera

los tenía en constante alarma...

—¡Mr. O’Leary!

creo que Páez al momento

de dictar lo que él deseaba

que se escribiera de su vida

manipula el próximo movimiento

de Bolívar diez días después

del descanso en el hato Caraballero…

—¡Mire estimado poeta!

El 21 se movió el ejército patriota

del hato Caraballero hácia Nútrias,

teniendo que atravesar otra vez el Arauca.

—Páez dice que Bolívar pretendía

invernar en Barinas…

—¡Esa podía ser una posibilidad!

pero El objeto de este movimiento

(la amenaza de Barinas)

¡no busque más! Vea el propósito invisible

de obligar á Morillo…

—¿a salir de Achaguas?

—Achaguas le suministraba

 toda suerte de subsistencias

—¿Y de nuevo está presente

 el general invierno

que derrotó a Napoleón?

—¿Conoce Ud. esa historia?

¿Con quién hablo? —Me interroga O’Leary

—Habla con un poeta enamorado

de la costa del río en que nació…

Oigo entre risas que

—Los realistas, temerosos de la estación lluviosa

… resolvieron evacuar no solamente á Achaguas…

—todo el Apure que les había sido tan aciago.

Lo vuelvo a leer en voz alta

—Pasó Morillo el Apure el 1º de Mayo.

Saco cuenta en silencio

hablando solo

o conmigo a solas

la presencia de Morillo

en Apure

                se extendió por tres meses, siete días

y de estos

Morillo

desde el 4 de abril

estuvo en Achaguas

(poco menos de un mes, en suma)

—O’Leary me dice que es la hora del vino

y me sirve del vino que tomaba Bolívar

Yo lo escucho. Leo…

Lo quiero sorprender fuera de base

—Morillo cruzó el Apure

por diferentes puntos

subdividiendo su ejército.

Sabedor Bolívar de la operación,

se propuso perseguir una de las divisiones.

(Lo descarto)

¡Observo! El giro a la Nueva Granada

no depende sólo

de condiciones subjetivas.

Estamos frente

a un plan A

y un plan B

Desgrana O’Leary

—en caso que fuese necesario

tomar cuartele de invierno

en Barinas,

 como entonces se pensaba.

se tomaron medidas

Rincón Hondo rinde

en ambas direcciones

y en otras

—abundancia de pastos para los caballos

y de carne por todo alimento para el soldado.

¡Allí acampa Bolívar!

y  Simultáneamente recibió Páez

las órdenes de picar

 la retaguardia del enemigo

con algunos cuerpos

 de caballería

y de recolectar caballos

¡Bolívar actúa al tenor

de las operaciones

por venir!

En este momento

entra el coronel Lara

al cuartel general

y trae sal  

y pliegos de Santander

Y es esta la altura

en que O‘Leary

nos remite

 a los otros frentes

de batallas

siempre postergados

 subestimados

Dice O’Leary que Bolívar

mandó a Santander

á observar á los realistas

de Nueva Granada

 y á favorecer la introducción

en aquel país

de cartas, periódicos y boletines

republicanos

¿De qué otro modo

 cunde

el llamado á rebelarse

de los pueblos  

contra sus opresores?

—Santander enteraba al presidente

 de algunos de sus triunfos

contra una división española

—Cruzó los Andes

y bajó á las llanuras de Casanare.

—¡Santander provocaba a Bolívar!

—Y después de ocupar á Pore

—Pore, capital de la provincia…

si así era…

Santander escribe que

fué compelida á retirarse,

con bastante pérdida...

 y argumenta O’Leary

que el éxito se debe

á la conducta juiciosa

de este general

exactamente la misma

que el presidente observó

con tan buen éxito en Apure.

 

Trato de situarme

en el tiempo real

de los acontecimientos

Vowell señala

que la derrota

 de la división española

en el Puente del Brujo

allanó el camino

de la salida de Apure…

—Bolívar contesta

a Santander

el 18 de mayo…

Tal vez el cuartel realista

conoció primeramente estos resultados…

Sé que O’Leary competentemente refutó

la autoría del plan de Nueva Granada

que se adjudica Páez

¿Desde cuándo Páez exteriorizó

un proyecto de estas magnitudes

si sus caballos más allá de Apure

resultaban inútiles?

—la causa de América

de ella viene hablando Bolívar

antes de 1818

—O’Leary dice…

¿Tú me entiendes Miguel Pérez?

O’Leary escribe

que entre la carga

que inclinó la balanza…

—Dígalo de modo distinto…

Estoy cansado de ser tu secretario

—¡Bueno! Uno de los amarres…

¡Bueno! Bolívar quiere ir a Nueva Granada

porque entre otros los anima las urgencia

de …entablar correspondencia

con los patriotas de Chile.

¿El Páez de esta hora podía entenderse

con estos interlocutores?

Oigo una vez más a O’Leary

Entre los muchos obstáculos

no era por cierto el menor…

el de inducir á Páez

—al préstamo…

—¿Así lo escribí yo?

—¡No! exactamente. Leo

—á que prestase su cordial cooperación

en la realización del proyecto

—¿Y esto por qué Mr. O’Leary?

—porque sin la ayuda de los llaneros,

 tan amantes de su suelo nativo,

como opuestos á separarse de él,

nada podría hacerse.

—Pero Mr. O’Leary

si Boves le pedía a los llaneros

que subieran al cielo

por las escaleras de la nada…

Los llaneros armaban las escaleras de la nada

y dejaban al cielo sin provisiones…

O’Leary celebrando mi ocurrencia

—¿Y qué digo yo? —me repregunta

—Páez mismo, cuya influencia

sobre ellos era tan grande…

los llaneros…

Me muevo hacia otra esquina.

—Pero más importante

de la llegada de Lara…

—¡Imagine!

…la sal que trajo Lara

de todos recibió invitaciones

pero aceptó el ofrecimiento de Anzoátegui

cuya mesa … era la envidia del ejército.

—Bolívar habló con Páez…

—¡Sí! Ud. leyó bien mis narraciones

veo que todo es de memoria…

Páez se persuadió

ó aparentó persuadirse

de la exactitud del plan

… se mostró satisfecho

de su trascendencia…

—¿Sólo la de Páez

era la única

negativa esperada?

—Ninguna oposición

esperaba

por parte de los demás jefes.

—Bolívar levanta el campo de Rincón Hondo

y El 23 de Mayo, en marcha hacia Mantecal,

convoca Bolívar a junta de guerra…

¿Quiénes de los jefes del ejército acuden?

Sin titubeos O’Leary repone

la línea exacta de su escrito

—Asistieron á ella

Soublette,

Anzoátegui,

Briceño Méndez,

Carrillo,

 Iribárren,

Rangel,

Rook,

Plaza

 y Manrique.

—Pero la junta no tuvo lugar

en Mantecal

¿Conoció Ud. el caño Caicara?

Casi como un tropel

las palabras me suenan como bestias

—En una choza arruinada

de la desierta aldea

 de Setenta,

á orillas del Apure,

se decidió la invasión

de la Nueva Granada.

Oigo una vez más a O’Leary

No había una mesa en aquella choza,

ni más asiento

que las calaveras de las reses

sacrificadas

por una

 guerrilla realista

no hacía mucho

y Sentados en esas calaveras,

 que la lluvia y el sol habían blanqueado,

aquellos jefes decidieron

los destinos de la América.

—Tan fácil como eso

(me refiero al decir)

propuso Bolívar

sorprender al enemigo

desalojar a la Nueva Granada

del enemigo que la ocupa

Se sabe que Iribárren,

poco días después

indujo á la deserción al cuerpo que él mandaba.

De Mantecal,

 á donde llegaron aquella misma tarde,

salió Rangel con pliegos para Páez…

—A Bermúdez, Urdaneta, Mariño y Brión

dio las más mínimas instrucciones,

en las que nada descuidaba,

nada dejaba imprevisto

Le escribe a Santander.

Se dirige por escrito

 al gobierno de Angostura.

—Como un maestro de la guerra

A Bermúdez le gira instrucciones muy precisas

—es preciso que vean en el ejército de oriente

lo que en el de occidente

valor, táctica y disciplina.

Sigue diciendo O’Leary

—A todos, repito, hizo

 las más acertadas

prevenciones

no sólo contribuir a la invasión proyectada,

sino á las operaciones de las que supone

vientre

de la invasión

Es necesario tener presente

Bolívar ni por un instante

dudó de su empresa

dudó del éxito

—él, un militar de mala suerte

al frente

de 1.300 hombres

repartidos en cuatro

batallones de infantería

Rifles, Barcelona

y Bravos de Apure

con la Legión Británica

y otros 800

                repartidos

en  los escuadrones

—Húsares, Llano Arriba y Guías

parten El 26 de Mayo,

el grueso de la tropa

                la tropa no conoce nada

—¡Yes!

El verdadero objeto de la marcha

 sólo lo conocían los jefes

 

—La estación de las lluvias

 comenzó precisamente

este mismo día…

O’Leary ve hacia arriba

O’Leary sube una estrecha cuesta sin agarradero

O’Leary casi sobre las fronteras del silencio

escribe

 Y yo oigo el párrafo. Lo busco. Lo exprimo

—en época posterior hubo muchos

 que pretendieron disculpar su desobediencia

(Tengo ganas de mencionar a Páez pero no es necesario)

—ó atribuirse la gloria de haber concebido

—el plan que tan felizmente ejecutó Bolívar,

el mismo que él había ideado en Casacoima

 dos años ántes, cuando todos,

ménos él, desesperaban del triunfo.

—Perdón maestro, perdón…

—Oigo que Ud. mientras habla conmigo

repite línea por línea la carta de Bolívar

enero 1º  de 1817

Ciudadano Pedro Briceño Méndez

y todos los Bravos de los Bravos de Venezuela

Nada falta á mi felicidad sino el placer de abrazar á UU.

Ese día será para mí siempre memorable;

sobre todo,

si conservando tantos laureles adquiridos,

añaden los de vencedores y libertadores de Guayana.

empresa tan sublime como importante,

asegurará las anclas de la República,

si nuevas tempestades vuelven á combatirlas.

UU. llevarán los votos

 de todos los ciudadanos,

si logran someter el país

 que tanto nos ha perjudicado

y que tan útil puede sernos.

Pero, hecho esto,

¿no volarán UU. á romper

 los grillos de los otros hermanos

que sufren la tiranía enemiga?

Sí, sí, UU. volarán conmigo

 hasta el rico Perú.

Nuestro destinos nos llaman

 á las extremidades del mundo americano.

O’Leary retoma el diálogo

—La víspera de la marcha

desertó el escuadrón Húsares;

pero en nada desalentó al presidente

 ni á los demás cuerpos...

Bueno ya lo dije…

—A Páez le correspondió

penetrar en los valles de Cúcuta,

al frente de mil hombres,

por la montaña de San Camilo.

—Y digo también —observa O’Leary

 que Durante la marcha

del Mantecal

 á Guasdualito,

se trató de corromper

la fidelidad de algunos oficiales…

—oficiales de influencia

en el cuerpo llanero

escribe Ud. exactamente

¿pero conque fin?

—¡También está escrito!

deponer al presidente,

alegandopor toda razón

 la mala suerte

que parecía

acompañarle

en todos

sus proyectos

—¿Y por debajo de estas aguas?

—en voz baja presentaban

la predestinación de Páez

—Páez general en jefe

dueño de la más alta posición

amo de todas las alturas

 

Repito una vez más a O’Lery

— El 4 de junio pasó la división el Arauca

 —entró en la provincia de Casanare…

Durante siete días marcharon

las tropas con el agua a la cintura…

El 11 de Junio llegó la división á Tame

—Y llegó en el estado más lastimoso.

llegó al cuartel general de Santander,

 jefe de la división denominada de vanguardia.

Soublette, antiguo  miembro

 del estado mayor de Miranda…

ahora ere el jefe de estado mayor de Bolívar

por dentro iba la procesión

Páez sustituyó a Santander del mando

Anzoátegui odiaba a Santander con toda su alma…

Santander a Bolívar

me basta la conducta

del Coronel Rook

Contento con todos y con todo,

especialmente consigo mismo

—Nunca había pasado mejor vida,

decía, que durante la campaña de Arauca

después me toco escuchar esta misma palabra

de labios de mi padre en el hotel central

Mi mejor vida… en el hato San Pablo

 

En Pantano de Vargas —Oigo a Gil Fortoul

—Aquí exceden a todos

en bizarra emulación

 el inglés y el llanero Rondón

En la primera carga Rook cae herido

Amputado de un brazo da vivas a la patria,

y como le preguntasen

si era Inglaterra o Irlanda,

responde que su patria

 era la tierra que le iba a dar sepultura.

a Rondón, que marcha al frente

de su escuadrón de llaneros,

Bolívar le grita:

“Coronel, salve a su patria”.

Rondón parte al galope

blandiendo su lanza

y arrolla la caballería española.

 

Estos dos componentes

ingleses y llaneros

será decisivos

en la batalla de Carabobo

 

y estas dos jornadas

de la guerra de Bolívar

además comparten el territorio

de haber partido de Apure

 

y una sin la otra

no es nada

Carabobo

sin el Paso de Pisba

no es nada

Pantano de Vargas

y Boyacá

sin Carabobo

 

no nada

apenas

otro gesto de heroísmo

 

Boyacá y Carabobo

lo poco que tenemos

lo que somos

 

si Ud. la separara

Boyacá es Santander

Carabobo, Páez

 

lo poco que hemos sido.

¡Adiós Carta de Jamaica!

¡Adiós Congreso de Angostura!

 

adiós los sueños

de ver en Achaguas

los carruajes de todas clases

trasportando

lo mismo que

por el camino real

de Aranjuez.