La poesia y los días

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La escritura hija de los días. La que inventa al día, le da sentido y sustento y la que los días crean a su imagen y semejanza. Toda imagen que conmueva, que desordene los sentidos y sea capaz de convocar al desasosiego, al diálogo interior que es justificación de todo autor. La palabra que sobrevive, y en consecuencia, se distingue de la otra endeble, que cae al piso como hojas desmayadas. Posiblemente tendrá cabida otra tentativa: La que no provine de la experiencia personal; sino de la que se hace colectiva, nos elige de morada pero que nosotros no vivimos y llega como un eco de otro tiempo.

Ese será el acento de esta escritura, de allí su virtud y tragedia. No defenderemos ni una ni otra.

Frente a lo cotidiano y su contrario, habita el asombro; en este caso, la palabra que está por escribirse. No fumamos de lo concluido...

APUNTES IDEAS EJERCICIOS Y CRÓNICA DEL MÁS LARGO VIAJE DE LA UTOPÍA

sábado, 28 de abril de 2012

Cartas y poemas a Pelusa, la muchacha más bonita de Bello Caribe


La Habana, 14 de febrero de 2012

¡Querida Pelusa!

Cuando llegué a casa un vientito gris trajo las más bonitas praderas de tus ojos. ¿Sabes? cuando me viste de medio lado, palpé en tu mirada, la casa, esa casa, la otra, donde yo fui dichoso... Hubo un momento que te sentí extraviada y vino a mi imaginación la mata de las flores de papel. Sentí ganas de salir corriendo a buscar una bolsita de rositas de maíz y llevarte al cine a presenciar la más conmovedora historia de amor. Me provocó invitarte a caminar La Habana, contar las estrellas de la bahía que son más hermosas que la del cielo. ¿Sabes?, Pelusa, no puedo decirte que tienen tus ojos de la bahía, pero existe en ellos un encanto que me empujan hasta esa limpidez de sus aguas cuando el viento se arrastra en ellas y el sol es de oro... Puedo hablarte del prado ¿qué le arrancaste y cargas contigo? Ahora mismo pienso en el malecón, en el bulevar de Obispo y encuentro un rastro de ellos en el movimiento de tu mirada...
Pelusa: te imagino descalza caminando la última línea del mar que no se cansa de golpear el malecón... Le imploro a los pájaros que no dejen de parecerse a ti, que no dejen de nombrarte, que la tarde y la noche sean una misma especie y se abra en cortinas que guarden la más hermosa de tu imagen...
Pelusa, ando detrás de la luna, viéndote allí donde el cielo es menos intenso pero más cálido.
                                                                                                                        Miguel


La Habana, 16 de febrero de 2012

Pelusa:
Indíqueme por favor un número de teléfono donde pueda llamarla ¿Le parece? Mañana escribo algo para Ud... ¡Gracias Pelusa!
Miguel


La Habana, 17 de febrero de 2012

Pelusa:

Te dejo esta línea de sombra,
de cielo,
de bahía,
de copa de vino,
de noche que no cesa,
de sol amable,
de lluvia triste,
de soledad acogedora,
de deseo infinito de tenerte y acariciar todo tu cuerpo,
por parte, hasta verlo estremecer...

Sí, de pecho abierto, quiero ver desplegar tu cuerpo de mujer dócil...

Quiero verte soltar el más entusiasta gemido de amor…
¿De qué color son tus ojos cuando entregas tu cuerpo
y la inmensidad se hace en ti?
me desborda el deseo
si pudieras venir hasta mí con el atardecer en la mirada y el mar en la espalda
Si pudiera guardarte de toda desgarradura
si la noche te trajera dentro de su casa y en sosiego en plan de entregarlo todo recién bañada arreglada como para la primera vez
¿Qué himno más hermoso me entregaran las puntas de tus senos?
¿A qué saben?
si se pudiera, si el mar se despojara de ti un solo instante
de seguro, me escondo de la vida,
de los libros que no me dan reposo
y hasta del vino que me mantiene alegre
me olvidaría de La Habana,
esta que cargo alojada como una piedra,
de la que no quiero separarme ni un instante,
en el basto territorio de mis sentidos
de los poemas que me reclaman su escritura
postergaría cada una de mis urgencias
y me quedaría contemplando la bahía que cruza tu cuerpo
contaría uno a uno tus hembras de cabello
me bebería tus labios traguito a traguito
y me oirías cantar la canción más hermosa de mundo
si la lluvia la veo caer de tu cintura
haz de mí todo lo que tú quieras

Pelusa:
Comete conmigo esta noche una manzana
debajo de una ola por allí por la quinta avenida
Muchachita traviesa no me dejes bajo el resplandor de este desespero
Ven... ven amor mío…


La Habana, 18 de febrero de 2012

Pelusa:

Como no pude verte fui a la bahía... ¿Tendrás ideas cuantas veces le pregunté por ti?
Miguel


La Habana, 20 de febrero de 2012

Pelusa:

Del Morro bajé a Bello Caribe. No hubo una bocacalle que no me entregara algún detalle de tu tristeza, de tu rostro de virgen buena gente. Ahora te recuerdo sentada en la buseta chupándote el dedo, necesitada de un poema. Puedo decirte que allí en borde de la ciudad tomé conciencia de lo frágil de toda existencia. Me llovió el sol de tu mirada... ¿Qué hago con esta urgencia del poema que pregunta por ti, salta de una ola a otra, se esconde de la sombra y entre hojas se abraza a la ciudad de La Habana? Vi un tucusito pegado a una flor. Me dieron ganas de avanzar hasta Pinar del río y cantar toda la noche con Polo Montañez. La próxima vez me escondo y me descubro, me mostraré más interesado por conocer el color de tus labios. ¿A qué saben? Sé perfectamente como se estremece tu cuerpo cuando caminas... ¿Donde andas, Pelusa? En el malecón la vida es más sabrosa, pero también en la plaza de las palomas podemos edificar el jardín más emocionante y contagiante de flores y alegría que ser humano alguno conozca. Allí te quiero llevar agarrada de la mano y gritarle a todos que eres la más inocente de todos mis amores... Deseo que juguemos a los niños colegiales y compartamos merienda y sueños. Que veamos pasar el mundo como algo ajeno. Mi sueño es que agarrado de las manos tomemos el tren y nos bajemos en Santiago de Cuba. De aquí regresemos a Santa Clara y vayamos a Yajaguay. Que nuestro vida sea el viaje, los viaje, el inacabado viaje.
Tenía necesidad de decirte que hoy también pensé en ti.... Qué esta soledad se justifica porque a cada instante puedo percibirte sentada al lado de tu amiga, detrás de una mirada larga, profunda, melancólica, inocente, como de flores. Mañana visitaré al framboyán del patio de mi casa y le hablaré de ti, es decir del mar, de sus tonalidades azules, de lo que encierra su inmensidad y lo indescifrable de ella. Iré al malecón a buscarte, a preguntarle si te ha visto... Ojala pueda tenerlo en la cabecera de mi cama algún día, aunque sea un instante ¿Qué otra cosa puede ser la existencia de un ser? Te vi, me colmaste de felicidad y partiste. Tenía tiempo que la vida no me trataba bonito.
Miguel


                                                                                La Habana, 20 de febrero de 2012

¿Me puedes dejar un número de teléfono donde pueda llamarte?


La Habana, 20 de febrero de 2012

Pelusa:

¡Gracias! No te imaginas la alegría que me causa el solo hecho de escucharte... Sobre mí puedes averiguar todo lo quieras... ¡Qué bonito ha sido esta historia que apenas comienza! Aspiro verte dentro del recuadro de los seguidores de mi blog... Serás aceptada con gusto y te imploro que lo hagas... Ojala llegue el viernes pronto, aunque juego a que sea mañana o pasado... Ojala el azar así lo permita...
Toda la mañana pensé en ti...
Miguel


La Habana, 21 de febrero de 2012

Pelusa:

¿Podemos enamorarnos bonito? Ya yo lo estoy ¿y UD aún tiene miedo?


La Habana, 21 de febrero de 2012

¡Querido amor!

Aquí estoy esperando por ti. Buscándote ¿sabes? en los más hermosos lugares de La Habana... Vengo de presenciar el mar, de preguntarle a la bahía porque desconfías de mi amor...
¿Qué puedo prometerte?
Amarte como lo desea mi corazón, como me lo grita mi sangre...
¿Qué eres una más?
 "Eso", la única que lo puede impedir eres tú: Te ruego que me cortes las alas y me ates a lo más recóndito de tu alma, de tus sentimientos, que me enseñes a mirar por tus ojos, que la vida no tiene sentido si cada uno sigue por su lado; que me hagas sentir inmensamente hombre como nunca nadie pudo hacerlo... Qué te desbordes en mí y la inmensidad nos convierta en un ser de dos piezas; me ayudes a comprender un poquito al mundo y devolverle a la noche palabras luminosas con olor a tu sexo...
Me ayudes a descifrar de cada picachito de luna, otra excusa para celebrar tu gracia de mujer única.
Si te lo propones y lo deseas, Pelusa de mis ansias, puedes hacer de mí el hombre que ambicionas...
                                                                                                                        Miguel


La Habana, 22 de febrero de 2012

Querido Amor:

Yo no necesito conocer de tu biografía para amarte. Te quiero como eres y eso basta. Basta como te vi la primera vez, cuando tu mirada me atrapo irremediablemente. ¿Qué deseas saber de mí?... Amor mío, chiquita hermosa, para mí lo más importante es lo que siento, lo que mi corazón permitió entrar de ti en él, lo demás son asuntos secundarios que no incidirán jamás en mis sentimientos. Pelusa, tal como yo entiendo el amor, lo único que cuenta es lo que uno siente, lo que nace sin uno hacer ningún esfuerzo... No soy de los que aman por lo que ella es o representa; soy de lo que aman por lo que siente, por lo que juntos podemos ser, por el otro ser que nace después del encuentro... Si tal vez lo supieras, como mi conciencia, cuan infinito es este deseo de amarte que me quema, no te hicieras rogar tanto y vinieras en actitud dócil hacia mí. Por ahora, te seguiré buscándote donde posiblemente jamás te encontraré. En contrapartida me queda lo que estos lugares me brindan de ti: una imagen jamás vista por ningún hombre. Chiquita, esto que siento por ti, es muy hermoso y por estar lleno de buenas intenciones, a ti te parece imposible. ¿Qué puedo hacer? Si solo el deseo no es suficiente, ¿de qué sirve el amor? Debo darte las gracias por todo esto, este estado de conmoción interior, que tú, Pelusa, lograste en mí... Pasé la mañana pensándote...
Hoy la bahía lucía un traje de azul extraño, la vi de lo más coqueta, con una inocencia como brotada de tu mirada...
Yo también sueño contigo y de lo más lindo mi amor...
 Llévame a mirar la bahía agarrada de mi mano...
                                                                                                                        Miguel


La Habana, 23 de febrero de 2012

¿Sabes?... Pelusa: Me desperté pensándote, sintiéndote hermosa... Gracias, por las fotos. Las estuve acariciando hasta el amanecer... Si sientes deseo de hablar conmigo llámame al 5271967. Hoy tengo más ganas de acariciarte, de besarte, de hacerte la más feliz de todas las reinas... Dime aunque sea que me quieres un poquito y que me deseas como yo a ti...  Yo, tu amor, mi chiquita bella...


La Habana, 23 de febrero de 2012

¡Amor! ayer estuve fuera de La Habana... Me hizo demasiada falta no hablar contigo... Si puedes me llamas al 52791967. Espero verte hoy, Chiquita bella.


La Habana, 28 de febrero de 2012

Te amo loquita mía... Te adoro... Te amo y te amo... Te adoro... Qué lo grite el mundo: te amo.


La Habana, 28 de febrero de 2012

Un besito para mi gran amor... Y otro más. Y junto a él el deseo de gozar todo cuerpo, toda tu belleza...
Miguel


La Habana, 1º de marzo de 2012

Sólo una línea que le entregue a mi amor, mi palabra de sueño, mi deseo de tenerla, de abrazarla, de no saber que hacer con ella, de vivirla como se siente una angustia, de verla como la mar y penetrar su hondura... Me provoca besar tu mirada: anoche descubrí que las olas que la conmueven. ¿Quién te hablo de ellas si no yo que ahora mismo las palpo y siento? ¿Qué parte de tu cuerpo no conozco? Hay todavía algunos territorios que me resultan extraños. Deseo conquistarlos. Besé tus senos y se comportaron como una gaviota asustada... Quiero entrar hasta lo más hondo de tu interior, entrar a tu alma como se entra a la mar: ¿me lo permites amor mío? Qué tu sexo me escriba la hermosa carta con que mujer alguna pueda distinguir a un hombre. ¿Dejaras que conquiste todo tu cuerpo por dentro y por fuera? Tráigame flores de framboyán, una palma que tenga su cabellera y un poco de tierra, de los laos del Morro, donde descanse de la impaciencia, bajo este resplandor de angustia, de saber que viene pero que todavía no ha llegado a mi encuentro. Hoy pisaré las calles de La Habana con cuidado y de seguro tomaré por asalto sus ríos, sus bordes de puerto, su bahía, sus ríos, sus plazas, sus bibliotecas, sus museos, sus templos... Ud. que tiene algo de esa hermosura, me enseñara el rostro oculto de la otra ciudad, el vínculo que ata irremediablemente, la mar aun, que nadie ha visto... ¿Que tiene la mar que Ud. no tenga? UD me hizo otro hombre... el más dichoso, el que lo tiene todo, teniéndola a UD.


La Habana, 15 de marzo de 2012

Sólo una línea que te diga el inmenso deseo que abrigo de tenerte, la necesidad de escribirte que eres la mujer más bonita del mundo, que después de ti, no existe nada si no el desierto (el más aburrido de todos); una línea que te exprese que soy un tonto, porque sé que no puedes quererme como yo lo demando y aún así me entregué a tí, a la idea de quererte, como ya no pensaba hacerlo con nadie... Gracias por eso, mi Pelusa... Ayer te busqué donde me diste un beso como nadie me lo había dado. Me sentí en el mar, entregado al infinito. Ojala alguien te retribuya lo que yo siento por ti...  ¿Qué bonito es querer, que bonito cuando la inmensidad se desborda en uno? Ya no me quejaré de no tenerte: sólo me reprocharé de que pase un segundo y no te tenga presente en algunos de mis sentidos... Ayer me cansé de preguntar por ti por los lados del Floridita... Hoy, en algún lugar, un corazón ardiente, de un tonto enamorado, espera por ti, en algún sitio de La Habana... Ojala puedas querer a alguien como yo te amo, como yo te deseo, con este calor que me hace regresar a la vida y de escribirte así como no puedo escribirle a nadie... Si se pudiera caminar el mar, si fuera posible agotar la inmensidad, si la felicidad estuviera reservada para mí aunque sea un segundo, si se pudiera yo entrando a una iglesia contigo agarrada de la mano, de UD convertida en la más princesa de todas las novias... Por favor, ayúdeme olvidarla, no así tan de prisa como UD quiere, si no así como cuando se elije la muerte como castigo y se prepara... ¿Sabes? Pelusa, En una revista Carteles del último año de los cuarenta, ayer miré una joven actriz de aquellos años... Sigo creyendo que eras tú... La acaricie con mi mano y la besé... Sentí la misma sensación de cuando me besaste delante de todo el mundo, frente a la catedral... Cómo no te veré, hoy tampoco, en esa revista o cualquier otro legajo del Archivo, donde estaré, se me irá la mañana buscándote y viéndote... Ojala me acompañe la brasa viva de estar esperándote y tú llegues de pronto y me digas, amor, vengase, vamos a casarnos, porque quiero ser tuya como lo deseas amor... Jamás alguien fue un deseo tan inmenso más allá de una penetración. Yo te amo como se ama a Dios, aunque no lo conozco... Por ti conozco el infinito y el desborde... Vales más de eso: Este sabor que me dejó tus labios, tu dos pezones a punto de romperse, tu olor de mujer fértil, la mancha que dejaste en mi cama, ese deseo que no pasa y se vuelve ola, embarcación pequeña porfiándole a la tempestad... ola que se estrella y apaga, se retira y viene con más ganas... ¿Qué sintió UD cuando puse mi mano en tu herida que solo abres cuando deseas ser mujer única? La limpiaste a mi gusto, como se limpia la tierra de la hierba... ¡Gracias por consentirme aunque sea esa vez! Yo, tu amor... mi Pelusa adorada...


La Habana, 19 de marzo de 2012

¡Gracias mi vida! ¿Por qué te quiero tanto amor mío?


La Habana, 19 de marzo de 2012

TE quiero TE QUIERO TE QUIERO TE QUIERO TE QUIERO TE QUIERO TE QUIERO TE QUIERO TE QUIERO TE QUIERO TE QUIERO TE QUIERO

jueves, 26 de abril de 2012

A esa holguínera que colecciona poemas de amor

I
Nos vimos por primera vez en la Embajada de Venezuela
No me digas que eres cubana con ESE orgullo de UDS.
¿Cómo eras 10 años atrás?
Holguínera de más de 40 en la edad
¿Cómo eras a los 15?
Compré en 1986 en Leningrado
la más linda muñeca
que le regalé a mi niña
ojos azules, pelo amarillo,
calco de los atributos tuyos
¿en qué torno te hicieron mujer?
De haber cursado contigo la primaria
todo compartido equitativamente entre tú y yo
las almendras, el recreo y la lluvia
de seguro en mis cuadernos
pintada la casa que te ofrecía
Madre sin más remedio
me inscribiría en el mismo liceo que escogieran tus padres
Mi adolescencia acompañada de la tuya
aplaudiría tu primera menstruación
compraría tus primeras toallas.
Un amor de universidad, hubiese sido el nuestro
de pasillos, de biblioteca, de café, de aula sola

No me hieras, déjame mirarte,
tus pecas en el cuello,
tu mirada azul de holguínera
y no me repitas que eres felizmente casada
que yo también lo estoy
sólo que llevo medio siglo buscándote
A tu edad eres la mujer más hermosa del mundo.


II
Yo llevo toda mi vida persiguiéndote aunque no te conocía
el molde donde te hicieron tus padres
es el de las muñecas sevillanas, polacas y rusas

¿Qué culpa tengo que seas el modelo de belleza
que mis padres inculcaron en mí?
Tus hijos que no son míos, como son tuyos,
formaran parte de mis prioridades
Cuando te vea en aprietos quiero estar a tu lado,
Yo reservaría la peor parte de la tristeza: que sea conmigo
que sea yo el que llore por ti.
Cuando te sonrías seré el mas dicho de los hombres
¿Sabes? si tú me lo autorizas yo hablaría de ti
como nunca antes hablé de mujer alguna
como de los libros que sujetan mi existencia
y me mantienen de pie
lo haría Iliana así con esa manera tan reservada tuya
de compartir con las nietas las cartas de amor
y los poemas que te escribieron los pretendientes
Tienen el encargo estas líneas
de hacer de tu conocimiento
que por ti soy capaz de romper
con mi juramento de no casarme
de no ser ella la del susto de la primera vez
la única inocencia, más cinco años de brega sexual,
hasta que su padre se la llevó a otro país
Hoy te vi y ni siquiera me salió una palabra
imagino bien lo que diría mi tío ahora cercano a los cien
—Ésta si es una mujer para UD…

que clase de privilegio tengo de verte dos días seguido a la semana

domingo, 22 de abril de 2012

La siesta

—Papi, no te he dicho, por no causarte dolor, que en estos días durante la siesta, soñé con tu mamá.
—Cuénteme.
—¡Soñé que me regaló un gatito para que durmiera conmigo! Y yo dormía con mi gatito…
—¿Y cómo era el gatito? ¿De qué color era?
—Amor no me recuerdo. Los niños entran y salen del cuarto.
—¿Cuál es el cuento? ¿Qué recuerdas?
—El gatito si le daba la espalda, la golpeaba… tenía que dormir viendo a mi gatito.
—¿Le viste el rostro a mi madre? ¿Recuerdas algo? ¿Cómo la viste?
—No. Escuché las palabras con que me entregó el gatito.
—Nada más…
—Sí, desperté con la sensación del gatito en la cama… fue en la tarde y los niños entran y salen del cuarto.
—Pero no se te parece a ninguno de los vecinos.
—No, amor.
—Lo búscate debajo de la almohada.
—Fue en la tarde. Me desperté con la sensación…
—¿Y no revisaste por debajo de la cama?
—No. El gatito me daba sutilmente en la espalda y yo tenía que voltear.
—¿Y en el baño? ¿No estaría en el baño?
—Los niños entran y salen del cuarto. Tú sabes como es una cuando interrumpen la siesta.
—¿Cuál es entonces la historia?
—Tu mamá me regaló un gatito. Debía dormir viéndolo. Al voltear dejaba caer la mano, la patita delantera, con todo su peso, sobre la espalda: la golpeaba delicadamente como se toca una puerta.
Me desperté con la sensación del gatito en la cama.

Carta a Claudia

San Carlos de Austria, 14 de abril de 2012

Estimada Claudia:

En primer lugar, el agradecimiento por lo de las fotos... Tú sabes, mejor dicho, por lo que conoces de mí, podrás imaginar cuanto significan en mi existencia.
¿Dónde estaba esta mujer escondida que ahora en dos líneas de un corto Mensaje se me revela? Este ser me invita a la humildad y celebración, pues ¿de qué barro están moldeados aquellos que no sufren? No creo en una existencia ajena al dolor, al padecimiento, porque entonces se renuncia a la capacidad amatoria del ser, a eso que prefieren llamar amor... Che, en una oportunidad, estableció un paradigma de ser humano: Sentir en carne propia lo que el otro siente, en cualquier parte del mundo... En realidad eso tiene demasiado túneles o costuras visibles con la esencia de la denominada Doctrina de Jesús o en general con esa manera de alcanzar “la idea del bien” en la tierra, de explicar el origen de la vida y el destino del hombre, criatura superior, desde la antigüedad ganada por el imperativo de la trascendencia de la muerte, fines irrenunciables de las religiones, insumo y argumentación siempre a mano, generalizado, casi único, a consecuencia de la concentración del conocimiento, de la sabiduría, en las aristocracias de siempre... ¿No es esta una dictadura de la que muy pocos se quejan?
¿Cómo entonces se podrá ser feliz en una sociedad como la que nos tocó vivir? El mundo no es un lecho de rosas...
El hambre de millones de seres humanos constituye la riqueza de las poquitas familias que controlan el quehacer financiero —y sus derivados, hasta la moda— de la mayoría de los países, por no decirte de todos los países, en mayor o menor grado.
¿De qué barro está moldeada la conciencia de quienes tropiezan con un niño hambriento, con una niña cuyo cuerpo está en venta porque carecen de otra opción, y voltean para otro lado, porque con ellos no es el asunto? Son los invulnerables, los exitosos con algún puesto de rutina en la mesa de los poderosos, que generalmente se olvidan de su origen clasista, convertidos en la expresión más lacerante del egoísmo...
¿Apetece una vida así? ¿Está realmente colmada una vida así de felicidad, blindada contra toda fisura que permita la entrada del grito desesperado del otro? Es la condición de los triunfadores en una sociedad como la nuestra: a pesar del diluvio, primero yo, por encima de media humanidad, si ese fuera el caso... ¿Qué flores Claudia podemos cortar en ese jardín? Son los ejemplos de los realizados a plenitud... pero en realidad no son más que piezas de la gran trasnacional de la muerte y la mentira descarada... ¿Se podrá construir en ese universo una especie de Isla de los felices?
A ese marco general, objetivo, más allá de lo que uno cree, agréguele los cataclismos del alma: esta vez, lo que nace de la necesidad que tenemos del intercambio de nuestro cuerpo, la irrenunciable tarea de propagar vida; eso que Ustedes prefieren llamar amor...
Aquí el asunto también se complica: Generalmente oímos más los prejuicios que el atildado consejo proveniente de lo que pide y desea nuestro sentimiento... El amor se convierte en un blanco más de los valores de cambio: Doy para recibir; te doy para que seas mía toda la vida... El amor no es un instante, no es cambiable, es un asunto de vida eterna... ¿Qué te parece? ...así el amor, es un acto indefendible: estará condenado al fracaso... (Me niego a creer que eso es el amor)... ¿Qué es entonces el amor? Ese estado, esa atmósfera, esa conducta que provoca el ser que nos atrae... esa fuerza que nos mueve con pudor, con dignidad, hasta cualquier altura, tanto que nos separa del mundo, porque no entrega otro más hermoso. Y es lógico que esa misma fuerza contenga en su interior, su contrario: Lo olvidamos y allí viene la ruptura; lo impensable. El amor también es un combate: aquí entran en acción, la estrategia y la táctica. Por lo menos, en este instante, recuerdo la que nos legó Mario y con ello el interrogante: ¿Hasta donde la experiencia ajena puede auxiliarnos?
Jamás me gustó el papel de consejero: Realmente me agrada ser estudiante y vivir en una sociedad de estudiantes, pero si no se dispone de recursos superiores al de los otros, no sobra (es de inteligentes mirar como lo hicieron los demás), para ver “cómo lo puedo hacer yo”. Cuidado con utilizar armas y procederse eficaces dentro de un contexto, en otro de condiciones muy distintas, por muy parecidas que sean. El éxito depende en responder adecuadamente como lo exige cada caso concreto…
Sí el amor da la sonrisa, también da la lágrima; sí nos condena, también nos salva. En cada caso concreto, demanda posturas y respuestas concretas. Dentro de él, esa relación de dos, está la salvación: No espere nada que venga de afuera: puede ayudar, pero la correlación de fuerzas que determinan son de adentro.
Claudia ¿No reclamará el amor de parte de quienes desean transformar el mundo una nueva sensibilidad? ¿Una nueva actitud?
Me agrada la estrategia de Mario; te lo confieso; hay también un poema de Cardenal que me entusiasmó mucho cuando lo leí y treinta años después me sigue entusiasmando: Yo puedo amar a otra como te amo a ti… Hubo un tiempo que el poema “Los amorosos” de Jaime Sabinas me resultó la página de un libro de consulta diaria…
¿Qué cómo sigo de pie? Mi madre me enseñó que nada de lo que no me pertenece se aparece en mi camino: Me detengo, bebo la gracia del cielo, pago todo lo el que amor me cobre; me tiro al suelo y sigo con mi dolor a acuesta, con o sin la promesa de encontrar a mi amor. Yo no apuesto a su renuncia aunque sé de que se trata por Octavio Paz: Todo amor es trágico. ¿Qué otra lectura emana del poema de Neruda, “Tango del viudo”? ¿Lo recuerdas Claudia?:

            Maligna, la verdad, qué noche tan grande, que tierra tan sola!
            He llegado otra vez a los dormitorios solitarios,
            a almorzar en los restaurantes comida fría, y otra vez
tiro al suelo los pantalones y las camisas,
no hay perchas en mi habitación, ni retratos de nadie en las paredes.
Cuánta sombra de la que hay en mi alma daría por recobrarte,
y qué amenazadores me parecen los nombres de los meses,
y la palabra invierno qué sonido de tambor lúgubre tiene.

(Cito de memoria, perdona cualquier inexactitud). ¿Será que el amor es eso, la pequeña huella que el otro deja en uno? ¿O la herida sangrante que dejaron los besos? ¿O el deseo después de satisfecho que se manifiesta con más gana?
¡Qué no se me quite las ganas de amar! ¡Qué jamás pasen! ¡Qué tenga voluntad de comenzar y amar como la primera vez! Es todo mi consejo, todo cuanto puedo decir… ¡Qué sea tan inocente como la primera vez!
El amor vale todos los sufrimientos ¿Qué existe más bonito entre los seres?
Soy un fracasado y no me quejo, yo me guío por esta humilde doctrina: si el amor no nace espontáneamente como las flores, es mejor que no nazca… Este saber no le atribuye tiempo de duración, salvo el de su nacimiento…
Por su parte, Neruda nos dijo que era más corto que el olvido; y una cantante de ranchera nacida en España, interpretando a otro, o a si misma, nos inculcó que era más fácil, volver amar que olvidar.
Ando, tú lo sabes, en la más terrible desolación, pero me agrada saber que una mujer se trazó la meta de exiliarme de este estado de desesperanza, mostrándome el tronco viejo reverdecido…
Creo en el amor, porque en esta parte del mundo donde vivo, una mujer cuida de mis sueños, me enseña ganar la última batalla, después que las he perdido todas…
Todavía cuanto con una mujer que me ama aunque apenas vislumbro desde un proyecto…
Hay una mujer que piensa en mí y me espera…
Post scriptum: Cuando ando así, en ese estado, que necesito de una soledad acompañada de una voz que no haga ruido, leo a Hanni Ossott, y me ayuda, esa mujer que desde su padecimiento descubrió la lucidez de la locura. Hay en su palabra el impulso de lo humilde que sabe encarar toda dificultad… De allí de la carencia, del desamparo, de la orfandad más absoluta —por ella lo palpamos— también es posible encontrarnos con el impulso que nos permita reconstruir la ruina… ¿Quién desde el padecimiento hizo tanto en la poesía venezolana? Hanni de donde no había nada trajo la posibilidad del poema. ¿Quién bregó la carencia con más tino y suerte que ella? Te la recomiendo como una pomada, como un bálsamo para el cierre de tus dolencias, esta poesía de Hanni.
            En cuánto a defender el “derecho de la alegría” o su contrario, no soy muy optimista: ¿Por qué estar alegre cuando se está triste? Aparentar ¿no colinda con la doble moral? Una, en público, y otra, en privado. Un ser que no sea capaz de comprenderse a asimismo, menos comprenderá a los demás. Lo grandioso del ser humano está en que lo virtuoso, sea mayor a lo insignifícate, pero que nunca lo vacíe del todo…
            Creo en la alegría como un acto que da la vida, en la misma manera en que nos puede deparar la tristeza: Jamás perder de vista que ninguno de los estados son eternos. Y que ninguno llegó para quedarse. Ambos pasan…En este trance también toca comportarse de acuerdo con los deberes de la inteligencia.

sábado, 21 de abril de 2012

Carta a Mily

La Habana, 6 de abril de 2012

Amiguita:

¿Qué puedo decirte? Acabo de recorrer todo el norte de Italia... Génova, Pisa, Florencia, Boloña, Padua, Venecia... ¿Será ese el norte de Italia? ¡Ah, pero no son como los viajes nuestros! ¿Te recuerdas? Muchos quedaron en proyectos… Esta, sin embargo, parece lo más caro de mi anhelo existencial: de las bibliotecas y museos, a los cafés y bares. ¡Ah, pero no son mis libros!, los míos tu sabes, ni mi acompañan mis amigos. En recompensa, unos ojitos verdes penetrando mi mirada como se entra al mar… A pocas horas ya tarareo nuevas canciones, mi paladar descubre nuevos sabores y mi catálogo de olores aumenta. ¿Qué me falta?
Hojeo revistas y diarios de comienzos de siglos. Con la ayuda de un diccionario traduzco los titulares que me llenan de curiosidad. Veo como vestía la gente a mitad del siglo XX. Una empleada que habla español me dedica tiempo y traduce todo lo que yo quiero. La última vez hablamos de Pavese. Se sorprendió cuando con mucha precisión le hablé de Dante. Al cierre de su jornada, me llevó a conversar una botella de vino y cantó boleros para mí. Puso a mi entera disposición una colección de ópera. A ella le confesé que por un amor avancé hasta Pavaroti… pero no soy feliz, amiga. Tengo todo lo quiero, pero no soy feliz... Tengo el mar, tengo el cielo, conozco la esperanza que es la modalidad más extraordinaria del ser... conozco el cielo británico, conozco el atlántico y una buena porción del Pacífico. Me desplacé a mi ritmo desde Cartagena de Indias hasta La Raya. Desde el Arauca hasta El Yopal, y de aquí hasta Villavicencio. En Bogotá me gasté una fortuna en tragos, libros, CD y mujeres ¿Qué tonto fui? Conozco el mar, la mar... ¿Cómo se escribe la palabra mar? ¿Qué sexo tiene? Ahora mismo hablo con la soledad y quiero que sepas que conozco la decepción... Vengo del horror, lo conozco y no me entusiasma y lo único que me mantiene de pie, viviendo así como vivo, sin darme cuenta que mi madre ha muerto…  —lo repito, amiga, conozco el vino, tengo una fe infinita en la palabra; la palabra me ayuda, pero no soy feliz—; estoy en la playa, ¿Cuál playa? ¿La de la carencia? ¿La de la adolescencia? El horror me sonroja ¿Qué hice? A esta mujer que pasa frente a mí, ahora mismo, como en una película, le dije, en un mal italiano: Eres bella... La mujer compró vino para mí... Vi sus ojos color de uvas verdes... Tocó mi cara y me besó en contra de mi voluntad... me señaló el mar y me encargó que lo escribiera... Sin embargo, yo quiero escribir mi dolor... ¿Dónde anda mi amor? ¿Preguntará por mí? Me recuerdo cuando llegaste a mi Oficina animada de la idea de saber quién era yo, con ganas de hablar de mi poesía... ¿Qué dijiste entonces? ¿Quién soy yo?
Cuando llegué a casa, a la habitación (yo no estoy solo, soledad tu estás conmigo), me quedé en la escalera... vino la camarera y me dijo cosas que yo entendía perfectamente, pero como me hice el que no quiere ver ni oír, salió del hotel y regresó con un diccionario... Me hizo sentir bien ¿Qué fortuna tengo? Cuando ando apagadito, cuando ando arrecho con la vida, cuando el mundo me estorba, cuando ya me dispongo a escribir el horror, a dar cuenta de la desesperanza, alguna niña trae flores para mí ¿Te recuerdas de lo que hablo? Esa señora me llevó a su casa, me cocinó platos italianos, me dio libros, escuchamos ópera y música clásica y me entregó la totalidad de su edad en un resplandor. ¿Qué hago con estos ojos color de uvas verdes? ¿Quién soy yo, Mily? ¿A qué mundo pertenezco? Alguien, de quien no quiero acordarme, me dijo: “Eres mucho para mí” y todavía me duele eso. ¿Cuál es mi ambición? Yo me acostumbré a vivir dentro de la circunstancia del hombre en desgracia. ¿Sabes Mily cuál es el color de la desgracia? Tengo rato en esto, de estar arrecho con la vida, y si no he cumplido con lo relativo a la ausencia de mi madre y mi prudente decisión de no querer seguir siendo yo, es porque alguna palabra aun me conmueve, algún gesto me habla más de lo necesario.
 ¿Cómo está Mariana? No me digas nada... aconséjame contemplar el mar. Estoy frente al mar. Esto es bonito. Esta ciudad se parece a un costado de Caracas. ¿Dónde está Mariana? El mar, la mar, el mar ¿cómo se dice en francés? Deja que la tristeza cante, que la desolación me siga escribiendo, que los libros sigan a mi lado, compartiendo la cama, que la camarera venga con una taza de café, con pan y vino, que Italia, el norte de Italia, deje en mí, el mensaje de un niño de cuatro o cinco años que aun me busca... No es una candelita, ni una gota de claridad... Nadie me lo ha dicho, pero yo lo leo en tu rostro: ¿En qué pensaba mi hijo cuando estrelló su carro contra el suelo? ¿Se entendió Mily que la palabra que tengo que hacer pública es la que me mantiene de pie? Las uvas de Italia, Francia Mily, ¿Dónde queda Francia? ¿Cuál fue la ruta que siguió Bolívar y su maestro Rodríguez de París a Italia?: “amable hechizo del alma mía”, una expresión del Libertador que sabe a bolero. Andamos el Libertador y yo en la misma situación. El vino, y la copa, una copa grande al gusto de los pudientes, burbujeante, aunque la prefiero rubia, a mis anchas cómo el mar, como este costado de Caracas ¿Qué queda de Caracas? No me mientas Mily, la Caracas de los años sesenta, de los terribles setenta, la que hizo que yo por única vez usara corbata, no pregunta por mí... ¿Verdad que todo se apagó? Qué San Carlos no existe, que apenas es un adiós del que yo no quiero desprenderme. ¿Dónde andará? ¿Qué sabes de mi madre? El viento aun escribe Mily... Yo lo oigo... Mis mejores poemas son los que jamás escribiré. Me descubro y paso. ¿Aún mantienes para mí una copa de vino? ¿Compraste té? ¿Hay pan negro en casa? ¿Dónde está tu abuelo? Quiero hablar del llano como él sabe hacerlo. Qué me vuelva explicar el movimiento del lazo aquel ¿recuerdas? “A pala de estribo”. Qué su voz sea de guacharacas, soilosas y chenchenas. “Ninguna mujer se llora”; se busca otra: clarito me lo dijo.
La lluvia interior (la que moja sólo el alma), el desamparo palpitando, el abandono absoluto, la hipocresía, la decepción, la desesperanza, la tempestad de los desheredados: existen; sí Mily, apenas los descubro... ¿Y sabes qué Mily? Tenemos que aprender a no decir más de lo necesario, a ocultar lo que sentimos, a decir "estoy bien señor", con una sonrisa ensayada, de esas de las que aprendiste en el teatro... Eso Mily, el disimulo nos hace falta...
¿Qué puedo decirte del verano? Es terrible... Son la ocho y aún el sol está trabajando. Yo no conozco la primavera. Me han dicho cuando pregunto la hora: En primavera, señor... Y yo salgo a contemplar las aves con una devoción del creyente. Te lo confieso amiga: Yo creo en las aves. Yo creo en la tristeza. La sonrisa, la que brota del disimulo, tal vez sea lo único que nos hace falta para igualarnos a los demás. ¿Cuántos ahora son más felices que antes? ¿Desde cuando no lidias el llanto de alguna amiga tuya? ¿O tu amiga, no me males interpretes, la poesía que prometes escribir, dejó de llorar? Donde queda San Carlos, Mily... ¿Dónde? El mar seguirá siendo el mar... Yo y mi dolor, del que no me desprendo, porque vale Paris... ¿No me dices adiós? Te lo imploro amiga, San Carlos no existe... Existe este pedazo de hombre que espera un barco, una ráfaga de viento, un deseo de morir, de escuchar ópera, de leer más, de conocer mejor la poesía, en todas las lenguas... Leer más, es lo único que aconsejo, en todos los idiomas.
 Quiero que sepas que no he cumplido con la promesa que me escuchaste (y no es por falta de hombría: Es lo que más deseo): Es porque la poesía en todos los idiomas me alienta, me invita a mirarme por dentro. La poesía es un estado permanente de revisión. De sopesar todo agravio. Es como el olvido. De allí provine. Salta dos o tres instantes, hasta omite lo mejor del cuento y se pega al instante que nunca deja de ser. La poesía es la posibilidad de habitar el olvido: La memoria fulgurante, la mirada de los astros, la luz tenue que aparece cuando el sol se oculta, el puente que en La Habana declararon “La novia del sol”.
La poesía es un diálogo con el olvido: el gesto, la acción, el fragmento del ser que la memoria trajo del olvido. Jamás la realidad en sí, total, puesto que es fruto del azar; digamos una posibilidad del azar.
¿Has visto una hilera de apamates en flor bordeando la carretera?
Vengo de Sevilla. Me impresionaron la Plaza de Toros de la Gran Maestranza de Caballería, el Puente —que llaman de Triana— que une a Sevilla vieja, con el barrio más popular y alegre, de ambiente gitano y bastante flamenco que le da sustantivo a este “caballo de hierro”. Maritza me llevó a comer al Barrio del Arenal: pescado o cochinillo; me pronuncié por el segundo. Con Iliana, la amiga de Maritza, recorrimos el Barrio de Santa Cruz (—Caminarlo de noche, es volver a la España de los Reyes, según me explicaron). La calle Sierpes, de grandes tascas, me trasladó por instantes a la Candelaria, donde yo viví momentos de amor a lo grande. La  Puerta de Jerez y sus alrededores marcados por el hotel Alfonso XIII, la vía Constitución y la Catedral dominante, de torre y campanario. Traigo la imagen del hotel Los Seises y el conjunto de palacios amurallados, el Real de Alcázar, huella de la dominación musulmana, hasta la imposición del Imperio Español.
Caminé por Ronda ¡qué delicia de ciudad! que estará a una media hora de Sevilla.
Mily, el vino de Jerez es bueno y las sevillanas bonitas. Aquí y en La Habana son las ciudades donde yo he visto más mujeres hermosas juntas. Desde el 1987, en la ocasión de mi viaje a Tbilisis (Georgia, antigua URSS), a mi paladar no lo visitaba una delicadeza del mosto de la uva como ahora el de Jerez.
De Ginebra viajé en tren a Zurich. Me detuve lo necesario en el Museo Nacional de Suiza. Detallé la pieza de 12 metros, El ángel de los viajeros y los mercados repletos de flores y frutas en los alrededores de la estación central de los trenes. Zurich la divide el río Limmat. De un lado, su casco antiguo; del otro, un distrito financiero bastante activo, tiendas de lujos, discotecas y restaurantes. La iglesia de San Pedro con su reloj de 8,7 metros de diámetro difícilmente pase desapercibida. Igualmente la iglesia de la Abadía de Fraumünster por su cúpula, afilada como una aguja.
Mi hermana Paulita vive en Leeds. Y Lucy en los páramos altos de Todmorden: Cría ovejas y gansos. De aquí fuimos en bicicleta a Manchester: Visitamos un restauran de comida típica inglesa. Bebí del Güisqui bueno que le gusta a Guada.
¿Qué puedo decirte de mi transitar en los aeropuertos? ¿Qué me dices de mi madre? ¿Desde cuándo no hablas con ella?
Amiga, la primavera vino y se fue. Hay un fuego en mi corazón, no te lo niego. Llora por mí, si aún la palabra es capaz de conmoverte. No permitas que yo llore solo.
Dale saludo a mi amigo y dile que por él la solidaridad la creo posible entre los seres...
El verano es una lágrima que brota...
San Fernando no existe, ella me lo quitó ¿por qué tuvo que ir conmigo a San Fernando? Único jardín de flores que yo tenía para sofocar mis desgracias...
San Fernando no existe.
San Carlos no existe.
Tú no existe ¿Verdad que eres otra?
¿Verdad que los Diarios ayer titularon que yo me di un tiro por cobarde?
Tengo demasiado miedo. ¿Dónde me aparté de mí mismo?
No temes. Te habla el hombre que aprendió a olvidar.
De Caracas a Cartagena, dejé huellas del otro que fui. Algún rastro mío lo encontraras en La Habana, Villa Clara, Holguín, Bayamo y Santiago de Cuba. Allí estuve escribiendo poemas, hojeando libros, leyendo como un desesperado. Creo que del trayecto de Madrid a Paris… en Italia, Mily, o en Ginebra a donde fui a preguntar por Borges y me dijeron que aguardaba por mí en el cementerio. En uno de esos lugares, dejé de ser el que conociste.
¿Existe Europa en esta paradoja que confronto? No quiero que Europa me enseñe a escribir. ¿Qué busco? ¿De qué huyo? ¿Qué me persigue? ¿Quiénes andan detrás de mí? ¿Quién llora por mí?
Existo yo, en mi nueva circunstancia.
La tragedia, pero también el David de Miguel Ángel… Los jardines de cuadros y piezas, los museos de servilletas, los jardines colgantes del pan, los ríos del sueño ¿Qué más?
¿Aun prometes escribir los poemas que aguardan por ti? ¿O cambiaste de planes?
Me aferro a la metafísica de la costumbre y de las otras razones poderosas de la ausencia y la disociación. La prudencia, de ahora en adelante, autorizará cada uno de mis pasos.
Parece que a mi pesar, yo sigo siendo el mismo de antes —lo comentas, tú—. ¿No me viste sentado en Sagitario detrás de un tarro de cerveza? ¿A quién esperaba yo, ayer, Mily?
Mi amigo ¿aun me recuerda? ¿Me espera? ¿Compró vino para mí? ¿Sufrió lo que yo pude cuando le dijeron lo del accidente de mi hijo? Mi hijo seguramente pensaba en mí cuando le pasó eso. ¿Acaso te lo dijo Mily? Yo soy; soy yo un desagradecido: la vida me trata bien y me quejo por quíteme esta paja...
Amiga, no me extrañes. Yo no soy un hecho de importancia: Búsqueme en el gesto más agradable de las personas que viven y se desviven por ayudar a los demás. Si Ud. aun me aprecia ponga toda su vida, lo poco que tenga al servicio de los demás... Si aun es capaz de estremecerse con el sufrimiento del otro, yo no perdí mi tiempo. Ud. me conoció desde el fago donde mejor se puede medir al hombre y siempre fui el mismo. ¿Me lo reconoce, amiga?
Tengo el cielo, este cielo por delante, y no soy feliz, porque no puedo escribirlo, devolverlo en letra como yo quisiera... Estoy —y llevo rato— encabronado con la vida. Llore hoy por mí, no me deje solo en mi dolor. Yo y mi dolor, Italia entrando al universo de mis sentidos. Desde Sevilla me escriben palabras tristes. Maritza me ofrece buena vida en Italia, Madrid o las Islas Canarias. Odia a las mujeres que amo. En Caracas me garantizan buen sueldo. En San Carlos esperan por mí para ir al Apure, hasta allá donde se entrega al Orinoco.
Otra vez el mundo, la ópera, la música clásica, el flamenco, el libro, los libros, el viaje, los viajes... Estoy jodido, Amiga: Ya aprendí a leer en los aeropuertos... Sólo echo de menos el mar que no he podido escribir... ¿Aún prometes escribir poemas o cambiaste de planes? No me digas que ahora eres un hecho de importancia...
Intenté escribir el olvido... ¿Pude? Llora conmigo aunque sea esta la única tarde que llores por mí... Si te encuentras a una niñita en la calle cómprale helados y dile que la vida es bella ¿No será esa mi Mariana? Tengo miedo, el temor me arropa...
¿Compró vino para mí?
¿Tienes un poco de caraota negra? ¿Y torta?
¿Dejarás que suene duro mis canciones favoritas?
Llevo para Ud. un libro de cocina en tres idiomas.
La poesía es un pararrayos. Soy lo que mi poesía quiere que sea.
Soy un destino… adiós agravios
Adiós pasado, adiós
¡Buenos días agravios!
¡Buena noche ingratitud!
Adiós…