CARABOBO III
VERSIÓN DEL GOBIERNO DE COLOMBIA
(O PARTE DEL MINISTRO DE GUERRA Y MARINA ,
CORONEL PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ,
AL EXCMO. SR. VICEPRESIDENTE
INTERINO DE LA REPÚBLICA.
Cuartel general de Carácas á 29 de Junio de 1821)
(Crónica)
¡Tremendo programa!
¡Tremendas pupilas las de Bolívar!
¿Y qué esperas esta noche de mí?
Se queja la página en blanco.
¡Un poco de inspiración!
¡Necesito escribir!
Aunque sea un línea.
Dame un destello.
—Póngale punto final a esas ansias
de saberlo todo…
Es que si no escribo estoy muerto
el silencio me vuelve silencio
pero aquí es muy difícil escribir…
el autobús se bambolea
como un hospital a media noche
o una bombona de gas
en el hombro de dos mujeres
me aborda el esqueleto de una narrativa
que así como vino se fue…
La que viene a mi lado me pregunta
—¿Eres estudiante? ¿Estudias en el Lazo Martí?
Veo bien en la primera línea del parte
—El enemigo,
concentrado en Carabobo
desde que fue
expulsado
de San Carlos,
extendía sus partidas
de observación hasta el Tinaquillo,
lo que daba la ventaja de saber
muy anticipadamente
nuestra aproximación,
que deseaba S. E. ocultar,
para no darle tiempo
de reunir las fuerzas
que el señor general Bermúdez
había atraído sobre Caracas,
y el señor coronel Carrillo sobre San Felipe.
—¡Qué movidas! tan bien pensadas
en el despliegue de este partido de ajedrez…
El parte del coronel Pedro Briceño Méndez
ratifica el llenado tan completamente
de la comisión encomendada
del teniente coronel Silva.
El Tinaquero marchó el 19
con un destacamento
y sorprendió y apresó la descubierta,
que diariamente
hacia el enemigo hasta el Tinaquillo.
¡Resultado!
apenas pudo escapar un soldado
El comandante de la descubierta
y cuatro hombres más
murieron en el acto,
los demás quedaron prisioneros.
—Este suceso aterró
de tal modo al enemigo,
que hizo retirar inmediatamente
un fuerte destacamento
con que cubría el inaccesible
desfiladero de Buenavista.
Acto seguido enumera
el coronel Pedro Briceño Méndez
—El 23 se reunió en la marcha
todo el ejército
que se había movido en divisiones,
y al amanecer del 24,
nuestra vanguardia
se apoderó de Buenevista,
distante una legua de Carabobo.
Resultados
—observamos
que el enemigo
estaba preparado al combate,
y nos esperaba formado
en seis fuertes columnas de infantería
y tres de caballería,
situadas de manera
que mutuamente
se sostenían,
para impedir nuestra salida á la llanura.
El coronel reitera
—El camino estrecho
que llevábamos
no permitía otro frente
que para desfilar,
y el enemigo
no solamente
defendía
la salida al llano,
sino que dominaba
perfectamente
el desfiladero con su artillería,
con una columna de infantería
que cubría la salida
y dos la flanqueaban
por derecha é izquierda.
Acto seguido, y sobre la base
de la lectura de Bolívar
de la colocación del ejército en el campo,
Bolívar concluyó
—que éste no temía el ataque
sino
por el
camino principal
de San Carlos
ó por el del Pao,
dispuso que el ejército
convirtiese
su marcha
rápidamente
sobre
nuestra izquierda,
flanqueando
al enemigo
por su derecha
que parecía más débil.
Ratifica el Coronel en su parte
que —El señor general Páez,
ejecutó el movimiento
con una increíble celeridad,
despreciando los fuegos
de la artillería enemiga;
pero era imposible impedir
que el enemigo
no disputara
la salida á la llanura.
Y le recuerda a su jefe
que —Debíamos desfilar
por segunda vez
para atravesar un riachuelo
que separaba la colina
en que se había desplegado el ejército
y la que dominaba el enemigo.
Y que —Siendo plana la cumbre de ésta,
daba al enemigo la ventaja
de moverse fácilmente
y de ocurrir á todas partes.
Así fue que á pesar
de la sorpresa
de
nuestro movimiento,
pudieron algunos de sus cuerpos
llegar á tiempo…
Allí se rompió
el fuego
de infantería
sostenido vigorosamente
por ámbas partes.
¡Resultados!
—El batallón Apure,
que logró al fin pasar,
no puedo resistir solo la carga que le dieron;
ya plegaba,
cuando llegó
en su auxilio
el batallón Británico que le seguía.
El coronel hábilmente subraya
—El enemigo
había empeñado
en el combate
cuatro
de sus mejores batallones
contra uno solo
del Ejército Libertador,
y se lisonjeaba de obtener
con todos
nuestros cuerpos
el mismo suceso
que con el primero
que había contenido.
¡Resultado!
La firmeza del batallón Británico
bajo el sufrimiento de los fuegos
hasta que se formó,
y la intrepidez con que cargó á la bayoneta
sostenido por el batallón Apure
que se había rehecho
y por dos compañías del de Tiradores
que oportunamente
condujo al fuego
su comandante
el teniente coronel Heras,
decidieron la batalla.
El enemigo cedía el terreno,
aunque sin cesar sus fuegos.
Nuestros batallones avanzaban,
y apoyados
por el primer escuadrón
del Regimiento de Honor
del señor general Páez
y por el estado mayor
de este general,
desalojaron completamente
al enemigo de la altura.
El ejército pasaba rápidamente
el desfiladero
por dos estrechas sendas,
y el enemigo,
aunque desalojado
de su primera posición,
había podido rehacerse,
y procuró aprovechar
el momento
de hacer una nueva carga
con su caballería,
mientras
que nuestros piquetes
de esta arma,
que habían pasado,
perseguían y despedazaban
á sus batallones que huían.
El Coronel considera útil subrayar
que —Algunos de nuestros piquetes
de caballería
del primer escuadrón
del Regimiento de Honor
y el estado mayor
del señor general Páez,
se reunieron
en número
de 80 ó 100 hombres
y ellos solos bastaron
para rechazar
y poner
en derrota
toda la columna
de caballería enemiga.
Desde este momento
el triunfo quedó completo.
El enemigo no pensó
sino en huir y salvarse.
Nuestra caballería
que sucesivamente
iba recibiendo refuerzos
de todos
los escuadrones
que pasaban el desfiladero,
hizo la persecución
con un vigor extraordinario.
Batallones enteros
se tomaron prisioneros,
otros, arrojaron sus armas,
se dispersaron
disueltos
por los bosques.
El Coronel asegura
que —Los dos batallones enemigos
que habían quedado cubriendo
el camino principal de San Carlos
flanqueándolo por la derecha,
no entraron en combate
y pretendieron retirarse
del campo
en masa.
pero —Nuestra caballería procuró
entretenerlos
miéntras salía
la infantería;
pero no logró
sino
obligarlos
á que precipitasen
la retirada
y perdiesen
algunos hombres
que se dispersaban.
Hasta las inmediaciones
de Valencia
vino el ejército
persiguiendo la columna,
y fue en esta operación
donde el ardor
de nuestros jefes
y oficiales
de caballería
hizo sensible nuestra pérdida.
Ratifica el Coronel
que —nuestra infantería…
no podía sostener
el paso de trote
que llevó el enemigo
por seis leguas,
nuestra caballería
se empeñó
en entretenerlo
para dar tiempo
á que llegasen algunos batallones.
A veces las escaramuzas
se convertían
en cargas
que, aunque
costaron bastante
al enemigo,
causaron á la república
el grave dolor
de perder
á uno
de sus más esclarecidos generales
y al bravo teniente coronel Mellao,
que mandaba
los Dragones de La Guardia…
—S. E. temió que si entraba á Valencia
no era posible
impedirle
el paso
á Puerto Cabello,
y á una legua de aquella ciudad
hizo que los batallones
Rifles
y Granaderos
de la Guardia
montaran á caballo
y fuesen al galope a su alcance.
¡Resultado!
Valencia
fue ocupada en el acto,
y algunos destacamentos
siguieron hasta Naguanagua,
persiguiendo á los jefes españoles
que huían hácia Puerto Cabello.
… S. E. destacó del Tocuyito
al teniente coronel Heras
con tres batallones,
á tomar la espalda de Tello
y cooperar á batirlo
con el seño coronel Carrillo…
Al amanecer del 25,
marchó el señor
coronel Rangel
á establecer el bloqueo
de Puerto Cabello,
y desde el 26
quedó formada
la línea de simple bloqueo…
El Coronel confirma
que —Por la tarde del 25,
después de haber arreglado
el gobierno de Valencia,
organizado de nuevo
el ejército
y destacado
algunos cuerpos
sobre Calabozo
y el Pao
á perseguir
los dispersos
que hubiesen
tomado
aquellas direcciones,
marchó S. E.
sobre esta capital
con tres batallones
de su Guardia
y el Regimiento de Honor
del señor general Páez.
En el este movimiento
el Coronel despunta
un apremio militar
—Su objeto era tomar
la espalda
de la división
con que
el coronel español Pereira
perseguía al señor general Bermúdez
sobre los Valles del Tuy.
El Coronel se excusa ante su jefe superior
—No me es posible informar
aún á V. E.
de los prodigios
que este célebre general
ha obrado
con una
pequeña división,
por esta parte,
en cumplimiento
de las órdenes
que tenía.
Baste decir á V. E.
que los pueblos
y el enemigo
están asombrados
y no alcanzan
á expresar
toda su admiración,
ni decidir
si han sido
mayores
su valor
y su audacia,
ó su prudencia
y habilidad.
Esperamos
por momentos
su arribo
á esta ciudad,
y entonces,
impuesto detenidamente
de sus operaciones,
tendré la satisfacción de comunicarlas á V. E.
En cuanto a las correrías de Pereira
el Coronel se esmera en informar
sobre la partida de Húsares
enviada
por el coronel Pereira
sobre los Valles de Aragua,
—fue sorprendida
y apresada
por un piquete
de los lanceros
del Regimiento de Honor,
que se había adelantado
ya de San Pedro.
Pereira se retiró
sin esperar
más resultado
sobre La Guaira;
pero sabiendo
en el tránsito
que no había
en aquel puerto
buques
en que embarcarse,
convirtió su marcha hácia Carayaca,
buscando algún camino
que lo conduzca a Puerto Cabello,
por la costa.
No habiendo hallado ninguno,
ha empezado
su retirada
por los montes elevados
y espesos bosques
que dividen del mar
á los Valles de Aragua.
El señor coronel Manrique,
con dos batallones
y un trozo de caballería
había ido á buscarlo
á Carayaca,
pero instruido
de la dirección que lleva,
se ha puesto en su persecución.
El comandante Arguíndegui
quedó
en los Valles de Aragua
con su batallón
para cortar á Pereira
por cualquier vía que tome,
bien sea
por la costa
ó por la cordillera.
Si recibe oportunamente los avisos…
puede asegurarse
la absoluta
destrucción
de aquella división,
que de 1.500 hombres
queda
ya reducida
á 600,
por las pérdidas
en los combates
frecuentes
con el señor
general Bermúdez
y por las deserciones
que ha sufrido
en la retirada.
Al Coronel le queda por detallar
la entrada de Bolívar a la Capital
—S. E. tuvo
la particular
satisfacción
de entrar
sólo
con su
estado mayor
y del señor
general Páez
en esta capital
el 29.
—La ciudad
que acababa
de ser evacuada
el día anterior,
había estado desierta
hasta la hora
en que
el edecán Ibarra
se presentó
en medio de ella
á anunciar
la aproximación
de S. E.
No hubo tiempo
de que
se hiciesen
otros preparativos
que los del corazón,
y ha sido éste
el modo
con que
Carácas
ha expresado
más vivamente
sus sentimientos de gratitud
y amor
al Libertador
de la patria,
y su ardiente entusiasmo
por la libertad.
El Coronel narra
El Coronel describe
—Las calles,
desiertas
dos horas ántes,
se vieron
de repente
llenas
de una
concurrencia
numerosa
é inmensa;
las casas cerradas
se abrieron
y se iluminaron.
S. E. entró
en medio
de las aclamaciones
y transportes
de un pueblo
que,
enajenado
de placer,
corría en tropel
á participar
de la felicidad
de volver á ver,
de estrechar
y abrazar
mil veces
al Padre
de la Patria.
Mujeres y hombres,
niños y ancianos,
todos iban mezclados,
confundiendo sus vivas.
Hasta las doce de la noche
no cesó
de renovarse
el concurso
en la casa,
y fue preciso cerrarla al fin,
para poderse ocupar S. E.
de algunos negocios importantes.
Al amanecer se ha repetido
la escena de la noche
y ha continuado por todo el día.
Pero esto no es todo
—El edecán Ibarra
marchó esta mañana
á apoderarse de La Guaira,
que está evacuada,
y ha participado
ya
su entrada allí
sin novedad.
El Coronel diestro
en el manejo de la retórica
hábilmente remienda el temor
de pisar el peine de la injusticia
—V. E. estrañará que
no haya
recomendado
particularmente
á ningún jefe
ni oficial
en la batalla,
porque sería necesario
mentar
en esta parte
los nombres de todo el ejército,
por lo ménos
los de toda la 1ª división
y de todos los jefes de las otras.
Generales,
jefes,
oficiales
y tropa,
todos indistintamente
se han manifestado
en este
memorable día,
dignos defensores de la República.
Y a este punto final
lo secunda
el ruido del aplauso
el dictamen de la victoria
¡Aquí vamos!
Nos aproximamos
a un puerto imbatible
a ese puerto ansiado
que brote del vientre de la noche
como un tablero de ajedrez
con todo su despliegue de piezas
—los negros situado a las alturas de Buenavista
y los blancos repartidos en el campo de Carabobo
custodiando las puertas principales
de los dos rumbos
que traen o llevan de la villa del Pao
que traen o llevan de la otra villa de más señorío
recientemente elevada al escalón de ciudad
San Carlos de Austria
y finalmente nos permita la ofrenda
de ese retrato de un rey en carrera
que persiguen de Carabobo
hasta Valencia
la legión de la hueste de los trasnochados
más cerca del sueño que de la realidad
pero mi mutismo
mi hablar de lector enfermo
con el otro que emerge del continente
trasportado en cada oración
en cada párrafo
—yo en verdad no merezco
otro calificativo de mis semejantes
que el de entrevistador de textos y periódicos
¡no hay nada que me haga tan feliz
como el asombro que una revista
o periódico de ayer
levanta en mis ojos!
informarme con mucho retardo
de lo que pasó ayer
es una de las exigencias de mi método
de la búsqueda del conocimiento
y no conozco a ninguno de los hombres
consumados aspirantes al conocimiento
que no sea un hombre sufrido torturado perseguido
pero a estas alturas de mis apuntes
en pleno disfrute de ese estado de gracia
que llaman inspiración
irrumpió mi tío con una palmada sobre el hombro
—¡Esta es la versión
de los vencedores
en Carabobo!
pero esta versión se torna incompleta
muy pobre aburrida
sino la encaramos
con la óptica de los vencidos
¡No hay nada más inútil
que un historiador patriota
independientemente del sello
que lo anima
península
o de Costa Firme!
¡Un poco de pulcritud nunca está de más!
Tú has dicho que el punto más alto
de la cruzada poética de Blake
radica en la tesitura
en esa osadía heroica
de reivindicar la biblia del demonio
y que explicar un asunto desde un solo punto de vista
es la prueba de la vigencia del feudalismo
en muchas mentes que siendo de este tiempo
están ancladas en la escolástica y la oscuridad
—la sobrevivencia del feudalismo
en la modernidad…
pero en este momento
caminó desde mi depósito de libros
el penúltimo tomo de la Gaceta de Caracas
cuya edición fidedigna facsimilar
recogió en volúmenes del tamaño
que mientan tabloide
la Academia Nacional de Historia
y me regaló Guillermo Morón
después de una noche esplendida
de buen whisky en el Hotel Central
en la que sólo hablamos de los libros mágicos
de Guillermo Morón
—El gallo de las espuelas de oro
—Ciertos animales criollos
—Patiquines, pavorreales y notables
—¡Guillermo este país
es tan de mala memoria
y tan ciego
que prefiriendo al historiador
que habita en ti
desprecia al formidable narrador
que es Guillermo Morón!
y Guillermo botaba el humor
por cada ventana de sus sentidos
y al hablar maravillas de Brito Figueroa
(Creo que fui yo el de la pregunta)
de por qué le negaron su sillón de académico
se defendió diciendo que recibió
una llamada del más preclaro notable de Caracas
inquiriéndole si pretendía llenar de negros a la Academia
por lo que él tuvo que limitarse al premio
que le concedieron a Brito…
—Él, Guillermo Morón, y Catalá
siguen imbatibles en las marcas que dejaron en mí
Ninguno de mis amigos me regalaron
cargamentos de libros
como los que me regalaron
estos dos caballeros
de excepcionales estirpes burguesas
—Guillermo
¡Esta noche me tomo la última botellita
que mi hermana Lucy me trajo de Escocia!
y voy hablar del gallo de las espuelas de oro
y de los giros o vaivenes de tu prosa…
el esqueleto de tu prosa
y el ropaje de tu prosa
pero sobre todo me ocuparé
del modo como camina tu prosa
a largo de la pagina
y resulta que allí
en la sección de ARTICULOS REMITIDOS
de la Gaceta de Caracas, encontré
una especie de carta que me remitió en 1821
un vecino de San Carlos de Austria
y es tan sólo en 2021 en que yo pude leer
la mejor respuesta que pude esgrimir
a finales de los ochenta
ante esa inmundicia de los gobiernos adeco-copeyanos
que en sus medios me presentaban como una creatura
escapada del sueño
un azote
un desadaptado
alguien que necesitaba despertar
y aceptar sin patalear la realidad
pero lo grave de todo esto
es que bajo esta narrativa
cayeron muchos de mis compañeros
muchos de mis compañeros
fueron amenazados con aplicarles
la ley de vagos y maleantes
y fueron torturados y sus casas puestas patas arriba
y el caso entonces que refiero
es el de mi vecino de San Carlos
Antonio Rebollo que víctima
de una confusión apeló
a la dicotomía shakesperiana
de ser y no ser
y además alertó de la doble realidad
que enfrenta todo hombre
la real y la no real
la forma y el fondo
Con finísimo tacto de inteligencia
Rebolledo decía en 1821
—Las bellísimas ideas
que adornan à muchas personas
que entre nosotros viven
con apariencia de adictas
à la causa que defendemos,
hicieron concebir à estas
que yo habia tomado partido
en la imaginaria república colombiana.
Tanto se penetraron de esta idea,
que dieron por efectivo mi pase;
y tan numerosas han sido las enhorabuenas
que he recibido de los amigos
que habían creido perderme,
que dudé si seria ò no seria:
creì salir de un pesado sueño,
reconocí el lugar en que me hallaba
y los sugetos que me rodeaban,
y afortunadamente
encontré
ser
equivocacion
de las arribas citadas.
Lo que certifico en San Carlos à 10 de Abril de 1821
Antonio Rebollo.
Folio 179 de la Gaceta de Caracas
N.° 40
Del Miercoles 25 de Abril de 1821.
El asombro me apartó de todos mis planes.
Siempre me sucede. Cuando no pienso en Kafka
ni en la más remota idea
el señor Kafka
se presenta en los folios
más crudos de la realidad
y hay todavía el imbécil
que pretende encontrarse con Kafka
en la dimensión de los absurdos
sin ninguna conexión con la vida
Allá ellos.
Pero tú a mí no me provocas, mi querida señora inspiración.
y despacito miré un poco más abajo
la palabra infalible del Rey
la palabra que es fruto de toda la autoridad divina
—probamente el rey jamás había visitado a Caracas
pero la palabra del Rey
era la palabra de Dios
en toda la capitanía General de Venezuela
el rey estaba en todas partes
en la palabra y en la acción
de los españoles dueño del poder
Leo entonces un poco más abajo
de las líneas de mi vecino de San Carlos
a —una persona de notoria veracidad
que —De Guanare escribe…
con fecha de 5 de los corrientes
entre otras cosas lo que sigue:
—"No hallo
sino
lágrimas, quejas y temores.
Mas de cien mil pesos
dicen mis paisanos
que han perdido con el tráfico
que tuvieron con los colombianos
à virtud del armisticio,
porque rompido este
improvisadamente
se prohibieron las extracciones
de los ganados ya comprados,
y preparados à pasar el Apure;
pero lo peor
es no haberles devuelto
los dineros recibidos.
Esta es la relacion unánime
que me han dado,
y desgracia
que aumentará
las pobrezas de este pais."
Prosiguen los redactores de la Gaceta…
—En la misma carta se añade:
"A 9 de Abril.
Estamos ya mas despejados:
han venido ya casi todos
los que estaban en el Apure;
pero sin bienes
como he dicho antes,
solo con una obligacion de sus acreedores,
que cumpliràn sus tratos
luego que lo permitan las circunstancias."
F.° 179 de la Gaceta de Caracas N.° 40
Del Miercoles 25 de Abril de 1821.
Lo que se repite de la historia
no son precisamente los hechos.
Los contextos jamás son los mismos.
Lo que se repite de la historia
y lo que la historia tiene de maestra
Es la manera de leer
asumir
y explicar los hechos.
fíjese lo que aquí está en juego
se nos dice por un lado,
—por un lado se saca a relucir
lo de la imaginaria república colombiana.
Pues bien, esto es lo más importante
a destacarse al rompe de toda consideración
la república colombiana
es otro parto de la imaginación
o parto de los montes
y uno sabe de sobra
que la imaginación
siempre será un pecado
pero uno no entiende que pocas
líneas más abajito de los hombres que todo lo saben
se nos dice que las huestes del Rey
están en operaciones mercantiles
con la república que sólo
existe en la imaginación
o sea, con lo que no existe
y como entender entonces
que mientras el ganado de Apure
escaseaba para alimentar
al Ejército Libertador
y las cifrabas requeridas
en el grado de estrictamente necesarias
de modo de garantizar que la campaña de 1821
no se ahogara en el pozo de la escasez de vitualla…
representó un verdadero dolor de cabeza
que llevó a Bolívar a modificar
uno y otra vez su plan de campaña de 1821
y de escribirle una y otra vez al general Páez
en la solicitud del hato que le había prometido.
Y más extraña que en el 2021
en la campaña de Miraflores
de la expulsión de los comunistas
de la República socialista
el presidente se ponga de espalda del sueño
y asuma la defensa
de la miseria
que es toda realidad
donde sea un delito
toda ambición de arribo
a las costas de la utopía
o en su defecto el señor Presidente
se considere insultado
vilipendiado
porque la gente aspire
sueñe
contar con el salario del que habla
la Constitución vigente…
la Constitución vigente
se hizo para otro momento
no para este…
¡El seño presidente pide comprensión!
Las llaves maestras de la mejor herencia
quedan en desusos
No funcionan
El pueblo debe escuchar al señor presidente
¡él nada tiene que escuchar del pueblo!
Es el mentira lo del compromiso asumido
del Sr. presidente
—Les encargo de gobernar subordinado al pueblo
Sólo me queda declarar ante Chávez
que la enorme fuerza de la costumbre
ha vencido de nuevo…
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