Anotaciones de Miguel Pérez, dictadas por las imagenes que asaltan al viajero, al cubrir el trayecto, entre un primer sitio imaginario, Santa Bárbara de la Isla de los Achaguas (Apure), hasta la otra estación obligada, San Carlos de Austria (Cojedes), en unión de las desprendidas de textos y canciones jamás desmentidos por la gracia y belleza de estos lugares.
La poesia y los días
La escritura hija de los días. La que inventa al día, le da sentido y sustento y la que los días crean a su imagen y semejanza. Toda imagen que conmueva, que desordene los sentidos y sea capaz de convocar al desasosiego, al diálogo interior que es justificación de todo autor. La palabra que sobrevive, y en consecuencia, se distingue de la otra endeble, que cae al piso como hojas desmayadas. Posiblemente tendrá cabida otra tentativa: La que no provine de la experiencia personal; sino de la que se hace colectiva, nos elige de morada pero que nosotros no vivimos y llega como un eco de otro tiempo.
Ese será el acento de esta escritura, de allí su virtud y tragedia. No defenderemos ni una ni otra.
Frente a lo cotidiano y su contrario, habita el asombro; en este caso, la palabra que está por escribirse. No fumamos de lo concluido...
APUNTES IDEAS EJERCICIOS Y CRÓNICA DEL MÁS LARGO VIAJE DE LA UTOPÍA
domingo, 4 de marzo de 2012
Ay, Balazo
¿Ud. midió bien sus pasos? No le aconsejo nada... nada tengo que decir.
Yo sigo en lo mío: cuento las estrellas, contemplo los antardeceres y el río con la luna encajada en el costado... Sobre mi cama dos o tres libros abiertos.
La copa está sobre la mesa. Yo al frente... ¿quién es este hombre? Lo que piensa en ese momento, lo que niega y lo que salva del pasado...
Se te fue la mano ¿te das cuenta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario