Tarea
difícil la de elaborar un perfil o describir, interpretar o comprender al ser
humano. Tarea compleja cuando se trata de un ser humano tan particular que ha
dedicado su vida al mismo tiempo a ocupaciones tan diferentes, ¿o tan
parecidas?, como son el ejercicio de la poesía y la práctica de la política. Debo aclarar, responsablemente, que no hay
pretensión biográfica en las líneas que siguen sobre el poeta, no hay intención
descriptiva de sus alcances políticos, ni mucho menos se pretende incursionar
en el análisis crítico de su escritura. Solo posaremos brevemente la mirada al
paso de sus libros, en la ilusión de ir de la brida, junto al caballo de sus
sueños.
I.- LOS INICIOS Y LA TRAYECTORIA
Miguel
Pérez llegó a San Carlos en la década de los 80, cuando en Venezuela se
acentuaba la progresiva debacle del Estado como agente económico, lo que
desembocó finalmente en el estallido social de febrero de 1989. En el ámbito
internacional la década se inició con el asesinato de John Lenon; es la época
del glasnost y la perestroika, ¿recuerdan a Gorbachov? Cayó el muro de Berlín,
empezaron a tomar vuelo los grandes mitos de Michael Jackson y Madonna. Los
rockeros imponían su moda y el peinado de los hombres era un pelo largo
enmarañado. Así era este poeta cuando llegó a Cojedes, para cursar estudios de
Ingeniería Agroindustrial en la UNELLEZ, proveniente del estado Apure, de una
pequeña población (Achaguas), conocida en todo el país por su milagroso santo El
Nazareno.
Pero
Miguel no es para nada religioso, (aunque no sé, si secretamente, como buen
hijo de Achaguas, esconda alguna devoción por El Nazareno) al contrario, se reconoce enfáticamente como
libre pensador, producto de su formación comunista, supongo. Hijo de una mujer
de pueblo, sencilla y amorosa, la negra
Carmen Pérez, a quien ha dedicado parte de su producción poética,
confundiéndola a veces con el llano, la tierra, los palmares y la nostalgia,
escondida en los rincones de la casa por esos tiempos idos. Mujer noble, hacendosa,
honesta, con adoración devota por su hijo, igual que lo fue por su madre, la
catira Ana Rafaela, la de larga cabellera blanca, la abuela inolvidable para
Miguel, la abuela siempre presente en sus poemas. El padre, Michael Brill, un
inglés que llegó a Venezuela a comienzo de los años 50, con la famosa Compañía
Inglesa, que se asentó en los llanos. En algún poema, que citaremos más
adelante se conjugan los afectos de Miguel por su madre y por su padre,
delatando en sublime reclamo la ausencia del padre y la veneración secreta de
la madre.
Tuve
la oportunidad de conocer a ambos: de la madre recuerdo su paciencia, su atenta
disposición con las visitas, su cafecito dulce a primera hora de la mañana, su
dignidad, su indomable entereza de mujer nacida en el campo, formada en los
principios de una familia honorable, con admiración y dedicación por este hijo,
nacido de un gran amor. Así lo confiesa Miguel en un largo poema, titulado
“Esta palabra que te nombra”, en el libro “Historia y Canto de una tristeza
personal”:
Fe puedo
dar
de
la fidelidad de mi madre hacia mi padre
que
no hay otro amor en su vida
y
que su corazón viaja a 180 km por segundo
cuando
algún conocido de la familia
dice
que yo soy el retrato vivo de mi padre
(Fragmento)
Del
viejo Michael (Míster Brill), guardo en la memoria una agradable tertulia en el
Hotel Central de San Carlos, de conversación ágil y suspicaz, con un brillo de
orgullo en los ojos al mostrar algunas fotos de sus perros ingleses; gentil y caballeroso,
con aire de nostalgia por esta Venezuela que conoció en la época de prosperidad
agrícola y pecuaria, sus comentarios (sin disimular la añoranza), de lo que
conoció de la Venezuela rural “en sus buenos tiempos”, cuando recorrió los
estados llaneros, con estancia en Cojedes y Apure, quedándose la mayor parte de
esos años en este último; agradable su temple y su figura altiva, aún en la
vejez. Un amoroso abuelo para los hijos de Miguel.
Para
esa época en el medio literario venezolano, como dice el poeta Medina López
(2012), “El
camarote de la realidad estaba inundado ya de incertidumbre social y económica
y esto se tradujo en pesadumbre y violencia, cuando sobrevino el Caracazo y más
luego el madrugón de Febrero”. Leíamos entonces a Reynaldo Pérez So, a Gerbasi,
a Ramón Palomares, a Eugenio Montejo y Rafael Cadenas, entre otros. Mientras que
Miguel venía con su mochila llena de la poesía de Neruda, Vallejo, Rafael
Alberti, Antonio Machado, Walt Whitman, Maiakovski y el venezolano Víctor
Valera Mora, entre otros. Amén de memorizar y exponer en su particular estilo
largos fragmentos de los discursos de Fidel Castro o páginas completas de Las
Venas Abiertas de América Latina. Fueron los años de sus viajes a la Unión
Soviética, donde participó en el I
Congreso Internacional de La Prensa Juvenil (Tbilisis, Georgia, URSS, 1988) y compartió con
jóvenes de todo el mundo sus experiencias como fundador y editor del periódico
estudiantil Vanguardia.
Así,
escuchábamos al político, fogoso e impulsivo dirigente estudiantil, militante de
la COEA y Presidente del Centro de Estudiantes en la UNELLEZ, (Vicerrectorado
de San Carlos), donde además estuvo vinculado a Poesía en la Calle, y nos sorprendía el poeta recitando de memoria
los poemas de Vallejo o de Neruda. Era el momento de Nuevo Tramo en San Carlos
y la Asociación de Escritores… desde esta última fortaleció su vinculación con
la promoción cultural en el estado, pues ya era larga su trayectoria, tanto en
lo político como en lo cultural en su geografía de origen, donde escribía artículos
para el Interdiario “La Idea”, de San Fernando de Apure. Trayendo además como
experiencia, el haber participado, en su ciudad natal, en la fundación de la
Sociedad Cultural Joven Achaguas (1983), junto a Elisur Emilio Lares, y en la
Sociedad Bolivariana (1983). “Letras”, portavoz
del liceo Diego E. Chacón, difundió versos y prosa suyos.
Para finales de los 80, y los primeros años de los 90, el
CONAC, en un despliegue nacional hacia la provincia, facilitaba cursos y
talleres literarios, y allí estaba Miguel, participando, aportando, creando y
discutiendo sobre la literatura de todos los tiempos, sobre los poetas y la
poesía, alimentando cada día su fiebre política y sus sueños literarios. De
allí en adelante se hizo una constante su participación en eventos literarios y
la lectura pública de sus primeras creaciones. Es así como en 1989 resulta ganador del Premio
Municipal de Poesía en San Carlos, con el poemario Espera latente o fuego bajo la lluvia, publicado posteriormente por la Asociación de
Escritores del estado Cojedes, en 1992.
A
partir de los encuentros en los talleres, nacieron las tertulias poéticas y
políticas con los contertulios más cercanos para ese momento: Nelson Yépez, Miriam
Rodríguez, La Cruz Briceño, Juan Chávez López y de aquellas largas
conversaciones, consumiendo cervezas o café, brotaron inquietudes y surgieron
nuevas agrupaciones como Cimarrón y El Círculo de Escritores, de los cuales,
junto con otros soñadores, Miguel fue miembro fundador. En esos días se
instalaron los “jueves de poesía” en la Compañía Regional de Teatro; y la
histórica casa La Blanquera fue escenario permanente para los encuentros
culturales con la pintura, la música y la literatura, y allí estaba Miguel
Pérez, con sus esbozos poéticos, con su conversación amena y su polémica palabra
revolucionaria, soñando con el comunismo para este país que consumía vorazmente
el capitalismo, a través del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Con
las nuevas agrupaciones se incrementó en el estado la actividad cultural y la
producción literaria. Miguel escribía día y noche en su maquinita manual
Olivetti. Se hizo columnista de Las
Noticias de Cojedes, bajo el tono de la disidencia y el título inicial de
“Color de rosa”, pasando a ser posteriormente, hacia el año 2000, “Memoria del
sueño”. Y en un atrevimiento que sólo ocurre con los creadores escribe una novela
corta y gana el Premio Municipal de Prosa en San Carlos,
correspondiente al año 1992, con el título de Linda consumió su vida en la calle principal de mi comarca,
escrita en un lenguaje fresco y ágil, cargado de imágenes visuales y metáforas
muy bien logradas. Al mismo tiempo que aumentaba su producción escrita y
fortalecía su formación literaria, actuaba como colaborador
de La Página Cultural de “Las Noticias de Cojedes”, en tanto que sus artículos de opinión, ensayos, poemas y relatos, empezaban a
ser publicados en periódicos y revistas de circulación
regional y nacional.
Desde entonces la poesía le ganó a la Universidad; Miguel
se retira de los estudios y se entrega definitivamente al oficio de escritor. Participa
en un proyecto de creación literaria y se convierte en cofundador del grupo y
revista Cimarrón (1991). Emprende
posteriormente la creación de la Revista “Quemadura”, cuya publicación lo tuvo
como Director durante la existencia de la misma, desde 1994 hasta 1998, bajo la
edición del Círculo de Escritores del estado Cojedes, en el cual fue Coordinador de publicaciones del Fondo
Editorial desde 1993 hasta el año 2000, con más de 20 títulos publicados en
apenas 7 años.
Durante esos años, y hasta el
presente, Miguel Pérez ha ocupado importantes espacios como Ponente en Foros, Seminarios y Jornadas de
carácter social, cultural y político, ha sido invitado
como Orador de
Orden y conferencista en eventos nacionales e internacionales. Ha realizado
lectura de sus poemas en casi todo el país, sin abandonar para nada su
participación en la política nacional, y regional, con una actuación pública
congruente con sus principios y en correspondencia con su formación progresista,
marxista y comunista, por lo que la poesía sin rezago, presta a veces su
palabra a la disertación polémica, mientras él se entrega a los escenarios
políticos, donde participa, por lo general, con un discurso de estilo propio,
bien elaborado, pertinente y adecuado al público y al escenario correspondiente
(largos, a veces, para mi gusto, pero indudablemente contundentes y acertados).
Sin duda alguna, Miguel es un hombre con una formación política sólida, por lo
que entre sus dominios tiene fortalezas en Historia, Cultura, Literatura y por
supuesto en Política propiamente.
En ese rol ha participado en comandos de
campaña, en comisión de medios, ha dirigido polémicos programas radiales y fue Diputado suplente al
Consejo Legislativo del estado Cojedes (con participación en Cámara), durante
el período 2000-2004. Apasionado con su entrega a este compromiso, que según
sus palabras asumió en el inicio de su adolescencia, cuando decidió formar
filas en el Partido Comunista de Venezuela. Como lo describe uno de sus grandes
amigos de tragos y tertulias, el conocido ensayista Julio Rafael Silva Sánchez:
“Porque así es (ha sido siempre) Miguel Pérez: apasionado y combativo, desde
sus luchas iníciales como dirigente estudiantil, sus asiduos enfrentamientos
con los molinos de viento, los ríos crecidos y la canícula de marzo, hasta sus
sangrientas refriegas con la palabra escrita y pronunciada” (diciembre 2003).
Inició su vida
laboral pública en el Instituto de Cultura del estado Cojedes (ICEC), como Coordinador
de Literatura, funciones que cumplió entre 1993 y 2000, año este último en que
pasa a ser Coordinador General, estando allí hasta el año 2001. Posteriormente
lo encontramos, desde el año 2002 hasta el 2008, como Presidente de dicho
organismo. Labor fructífera la de Miguel en las responsabilidades que allí
asumió desde los distintos roles que desempeñó. Desde la Coordinación de
Literatura fue la época de consolidación de la Revista cultural TIRIGUÁ,
de los recitales poéticos en el ICEC y en la Casa La Blanquera, de los
talleres con los escritores y poetas nacionales de diferentes tendencias y
trayectorias literarias. Con su presencia en la Coordinación General y luego al
frente de la Presidencia de la institución, se consolida el Fondo Editorial del
ICEC, creado en 1993, con la publicación de libros de varios autores y diversos
géneros.
Bajo
su presidencia, el ICEC consolidó las Salas: Galería Demetrio Silva —Exposición
permanente del mencionado maestro—, Las manos del sueño y Trazos del horizonte;
institucionalizó los Encuentros de Artesanos 5 estados llaneros, el Salón de
Dibujo Los Llanos, el Encuentro de Escritores Llaneros en su edición homenaje a
José Vicente Abreu, el Encuentro Internacional de Poesía en convenio con la
Universidad de Carabobo. Fue también un período muy productivo en la ocupación
escritural de Miguel. Después de una ausencia de cinco años, nuevamente se
encuentra laborando en el ICEC desde la Coordinación General.
En
cuanto a Miguel, el ser humano, la persona que conozco, es un hombre nacido en
el llano, pero no es llanero de faena, no al menos ese llanero estereotipado
que imaginamos, de trabajo en el campo, ordeñador de vacas o cabrestero, no es
un hombre de a caballo, aunque en su poesía expresa pasión por ellos. Es un
llanero desde su lenguaje, su carga axiológica, en su carácter, en su
jocosidad, en sus creencias, en su vinculación con la cultura tradicional, en
el respeto por la tierra, en la obsesión por el río. Nacido de esa mezcla,
entre una hija mestiza del llano y un inglés, Miguel heredó la dignidad y el
orgullo de la madre, la gentileza y la sana altivez del padre. Es a su vez, padre
de 6 hijos; con todos ha sido generador de sus afectos y se ha ganado el respeto
y admiración de los mismos. A todos, en distintos momentos, le ha dedicado sus
libros y su trabajo y con todos ha celebrado su vida, para todos ha escrito su
poesía.
Es
un hombre polémico y apasionado en la palabra, firme en sus creencias hacia lo
político y hacia lo poético, versátil y responsable en sus compromisos con
ambos, agradecido de la lealtad de sus amigos y leal en sus afectos por ellos.
Un hombre que sin desprenderse del lar natal, sin divorciarse para nada de su
origen llanero, de las singularidades de su patria chica, de sus calles de
pueblo que le vieron crecer, se orienta con facilidad en el mundo de la
ciencia, conociendo y aprehendiendo de los avances literarios y los diversos
usos del lenguaje para lo estético, tanto en la vida pública como en la
intimidad de su ser humano que se expresa a través del discurso político,
artísticamente construido, o a través de
la semántica poética delicadamente delineada bajo los cánones de la
creatividad. Bien lo define él mismo, en su libro “La mirada del verano.
Historia de la poesía en Cojedes” cuando
se refiere al tema:
¿Se
pierde la nacionalidad por pisar puertas adentro de la Poética de Aristóteles o la Introducción
a la estética (1973), de Hegel? ¿O los Escritos
sobre estética (2000), de Schiller? ¿Y qué decir de lo que Martí denominó
Nuestra Grecia? Y más acá, de los grandes hitos de la poesía latinoamericana
del siglo XX: Darío, Vallejo, Neruda, Borges o Paz: ¿Ni siquiera una mirada por
ese abanico de modos singulares? El peruano aconsejaba, más que términos
nuevos, una nueva sensibilidad para una poesía nueva. (…) ¿De qué valen versos
perfectos pero no estéticos? Otros seguramente escriben, más que para el
reconocimiento, porque no pueden dejar de hacerlo. Los habitan y desbordan
sonidos melódicos, calzados en imágenes, que necesariamente deben alojar en la
página.
La
poesía, como ha dicho Jiménez Emán (2011), “es una respuesta sensible o intelectiva al asombro de existir; puede tomarse también como una reflexión sobre
el mundo y sus realidades tomando al lenguaje como centro, un lenguaje
fundado en una tradición escrita que toma en cuenta
tropos, figuras, imágenes y formas escritas que tienen por objeto llevar a cabo
una síntesis entre reflexión y belleza”.
Para
Miguel, la poesía “es un permanente estado de rebelión: del poeta contra el
mundo, o contra los fantasmas o monstruos que habitan su mundo interior”.
Así se ha cumplido
en Miguel, de tal modo que la poesía lo ha llevado a ser invitado en eventos
nacionales e internacionales entre los que apenas me atrevo a señalar unos
pocos, dado que la lista sería excesivamente larga si los refiriera todos:
Invitado para Lectura de su poesía en la IV Feria Internacional del Libro en
la Universidad de Carabobo en el año 2002; En el VIII Simposio Internacional de
los llanos colombo-venezolanos presentó la ponencia “El oficio de Historiador
según José Carrillo Moreno” en Villavicencio, Colombia (2003). Invitado como Ponente en El Congreso Internacional “El
Siglo de Alejo Carpentier” en La Habana, 2004; Invitado para Lectura de sus
poemas en el II y III Festival Mundial de Poesía en Caracas, 2005 y 2006,
respectivamente. Ponente dentro de la programación de la Feria del Libro de la Universidad del
Valle (Cali, Colombia, 2006), donde desarrolló la conferencia: “Bolívar
escritor”. Este mismo tema lo presentó también en Cúcuta en el Encuentro
Binacional de Escritores (2006). En el año 2012, intervino en la Feria del
Libro de La Habana, con la conferencia: “¿Quién era el Simón Bolívar que pasó
por Cuba? Y el otro, el que Martí dibujó en el corazón de los cubanos”.
Por otro lado, es importante
señalar, que la vida pública de Miguel, tanto en su oficio de escritor, como en
su actuación política le ha hecho merecedor de múltiples reconocimientos, entre
ellos se destacan la Orden San Carlos de Austria, Única Clase (2003), Orden Sol
de Taguanes, 1ra. Clase (2003), Orden Ciudad de Tinaco, Única Clase (2006),
Orden Dr. José Carrillo Moreno, Única clase (2008), entre tantos otros. Orador de Orden en Sesión Solemne del Consejo Legislativo
del Estado Cojedes en la ocasión de los 140 años de la muerte de Ezequiel
Zamora (2006) y en la Sesión Solemne del Concejo Municipal de Girardot en la
celebración de los 264 años de la fundación de El Baúl (2008). El Archivo
Nacional de Cuba le encomendó el discurso central dentro de la programación
dedicada a Venezuela, “El Bolívar que nos une” (2012).
II.-
LAS PUBLICACIONES
La producción literaria de Miguel ha sido abundante
y novedosa, expresión de ese fuego que arde permanentemente bajo su piel de
poeta, caracterizado por una sed de tomar en raudales toda la poesía del mundo,
incansable lector y autocrítico, despiadado a veces con su propio trabajo. Por
ejemplo, con su primer poemario, Espera latente o
fuego bajo la lluvia, ganador
del premio municipal de poesía en 1989 (publicado en 1992), donde reúne sus
primeros versos, muchos de ellos con marcado tinte político, contestatario y militante, ha pasado
a formar parte de lo que no se quiere
recordar, a veces ni siquiera lo menciona entre sus obras, bajo la
consideración de que “es un libro con un contenido que niega lo que a su juicio
es la poesía”. Yo lo recuerdo como un libro romántico, con mucha fuerza,
revelador de ese poeta que recién nacía y que se propuso abrirse paso en ese
difícil oficio de ser escritor.
De ese libro, y del autor, repito ahora lo que dije
entonces: “la poesía de Miguel, extraída de sus vivencias, portadora de su
esperanza, propagadora de su afanosa lucha ideológica y manifestación cierta de
su valor humano, es una poesía comunicadora de elevados sentimientos, rica en
imágenes y fresca en su elaboración”. Es su poesía menos elaborada, la más
espontánea, pero indudablemente cargada de la fibra humana que caracteriza su
producción literaria, impregnada de sus afectos, sus creencias, sus
impresiones, sus héroes y sus amores juveniles.
A la publicación de ese primer libro, le han seguido
siete títulos, sobre los cuales pasearemos la mirada, como dijimos. Sus títulos
son: Yo, Don Caballo Rey; Gran Pulpería del Libro; Historia y Canto de una
Tristeza personal; Cojedes, Poesía de Doce Autores; Una vez frente al Paso
(todas las Veces) Hacia el Anochecer; Vino Soledad María Tierra y un ensayo, de
aproximadamente 110 páginas, sobre el historiador cojedeño José Carrillo
Moreno, publicado en el diario “Las Noticias de Cojedes”.
Sobre este último, no nos detendremos mucho, dado
que su publicación no fue editada como libro, sino por entregas en el
referido diario cojedeño, en su columna semanal “Memoria
del vidente inverso”, en el año 2004, con el título de “Elogio y Reproche
de José Carrillo Moreno”. Parte de ese ensayo había sido presentado como
ponencia en Villavicencio, (Colombia), como ya señalamos, bajo el título “El
oficio de Historiador según José Carrillo Moreno” (2003).
En esta producción, el autor
hace un largo recorrido por la vida y obra de José Carrillo Moreno, reseñando y
comentando su oficio de historiador, sus aportes y lealtad al grupo “Llanura”,
su pasión por Bolívar y sus escritos
sobre El Libertador, la deferencia para con sus amigos y sus polémicas
con reconocidos personajes como Héctor Mujica y Andrés Mariño Palacio.
Igualmente se destaca su papel como intelectual, como periodista, como
ensayista y crítico de la historia, sus angustias humanas y sus poemas.
Interesante trabajo que debe ver la luz en impresión pública como parte de la
bibliografía de los cojedeños para todo el país, considerando la talla y figura
nacional que fue José Carrillo Moreno y la excelente labor realizada por Miguel
Pérez con este ensayo.
Además
de los libros editados, algunos de sus trabajos han sido publicados también en
Antologías y Revistas de reconocida trayectoria en el país, tales como la Revista “Poesía” (Universidad de Carabobo), en sus números 139 y 147,
correspondientes a los años 2004 y 2008, respectivamente. En la primera
comparte espacio con poetas como Ledo Ivo, William Ospina y Adhely Rivero. En
esta se incluye un gran poema, entre tantos que Miguel ha dedicado a su abuela
Ana Rafaela:
He visto esa imagen
de mi abuela en otro sitio
ese arco de su
espalda es el mismo del santo Cristo de mi tierra
su mirada vacía, en
tinieblas
Posesionada del
suelo lo confirma
¿Cuál es la cruz que
lleva mi abuela sobre sus hombros?
En la segunda, la selección de sus poemas aparece junto a los
poemas del iraquí Ali-Shalah, de la argentina Jona Burghardt, de la egipcia Fátima
Naoot y los venezolanos Laura Antillano y Alberto José Pérez, entre otros.
De igual modo, poemas suyos
fueron incluidos en Las Memorias del II
y III Festival Mundial de poesía (2005 y 2006). También aparece en el Diario “El Periodiquito” en la sección:
Arte y Literatura, correspondiente
al 29 de abril 2006, con una reseña de sus trabajos y una pequeña muestra
poética. Así mismo, cabe resaltar un trabajo suyo publicado en la Revista Nacional de Cultura en su N°
338 (Tomo I), del año 2011, titulado La Confesión a Manuelita (un fragmento del
capítulo: El hombre de pasión, de poesía y de sentimiento/ Los alrededores del
escritor Simón Bolívar, de un libro aún sin editar).
Pero
la obra de Miguel Pérez no solo se ha plasmado en poemarios, y en artículos
publicados en revistas y diarios de circulación nacional, como se ha indicado, también son innumerables los ensayos que ha dedicado
a la literatura, a personajes importantes de nuestra historia, a los poetas y a
la política, que él ha presentado en conferencias y con los cuales está en
deuda para ser publicados en una compilación que sirva de aporte a la crítica
literaria, a la mejor comprensión de nuestras letras y de nuestros escritores. Entre
esos ensayos se encuentran por ejemplo: Vida y Obra de Cesar Vallejo, presentado en conferencia en la Compañía
Regional de Teatro. San Carlos, en
1992. Homenaje
a Andrés Eloy Blanco, y Los Diversos Rostros de Carlos Noguera, publicados en la Revista TIRIGUÁ,
correspondientes a los años 1997 y 2001, respectivamente, en ediciones
del Instituto de Cultura del estado Cojedes. José
Carrillo Moreno, Vida y Obra. Ofrecido
como conferencia en la UNESR. San Carlos, en 2004.
Conferencia:
Pensamiento Emancipador de Antonio José
de Sucre. Presentado en la
misma universidad, en el 2008. Orlando Araujo a vuelo de pájaro. Carta
desde el olvido y lo que deja la distancia. Ensayo sobre la vida y obra de
Orlando Araujo, en la metáfora de una carta que Miguel le escribe al ingenioso
hijo de Barinas, publicado en la Revista TRAPOS
Y HELECHOS, en su edición N° 22 del año 2010. Bolívar o Martí: La Fundación de América a la altura de
nuestro sueño. Conferencia ofrecida, con motivo del
natalicio de Martí, en la Universidad Deportiva del Sur, invitado por la
Cátedra Bolívar y Martí, el 28 de enero de 2011, por la cual recibió merecidos
elogios de la delegación del personal docente convenio Cuba–Venezuela,
presentes en la Universidad.
A
este año (2013), corresponden tres nuevos ensayos, presentados como
Conferencias magistrales:
1.-Carta a Hugo Chávez, en disertación el
1ro de abril en el monumento de Taguanes, con motivo del inicio de la campaña
de Nicolás Maduro al proceso electoral del 14 de abril y acto en conmemoración
de la Batalla de Las Queseras del medio. Bajo el sol inclemente, en final de
verano en la sabana de Taguanes, le celebraron con fervientes aplausos el
discurso cargado de emotividad, en sentido homenaje al Presidente, recién
fallecido, Comandante Hugo Chávez. Es de destacar que por este discurso, el
poeta recibió felicitación personal y reconocimiento público por parte de la
Gobernadora del estado Cojedes, y por otro lado, en su correo electrónico
recibió un email de Farruco Sexto, refiriéndose al contenido del referido
discurso en los siguientes términos: “Querido camarada: ¡Qué buen texto! Hondo
y conmovedor. De lo mejor que he leído en estos tiempos” (9 de abril de 2013).
2.-Bolívar o Martí, la fundación de América a
la altura de nuestros sueños, expresado como Discurso central, el 24 de
julio, en acto conmemorativo al natalicio del Libertador, realizado en la Plaza
Bolívar de San Carlos, donde Miguel Pérez tuvo a su cargo la responsabilidad de
actuar como Orador de Orden, invitado por la Comisión Organizadora de los actos
conmemorativos de la importante efeméride nacional.
3.-Presentación
del libro “De Yare a Miraflores”, de José Vicente Rangel, ofrecida en el ICEC
el 28 de julio, en el marco de la 9na. Feria Internacional del libro de
Venezuela (FILVEN), capítulo Cojedes.
Con respecto a sus libros
publicados, comentaré brevemente, con la osadía de quien corre alto riesgo de
desacierto, dado que no soy especialista en crítica literaria, ni he tenido el
acercamiento próximo suficiente con cada uno de sus trabajos. Sin embargo, el
atrevimiento nos ha caracterizado en este tránsito diverso entre la docencia y
la poesía, entre las lecturas y la construcción de un mundo en el que
tropezamos a cada instante con la palabra, en ese oficio de tejer y destejer
sueños para despertarnos cada día con esperanza y optimismo; así, plena de
optimismo y esperanza, aspiro contar con un poco de su tolerancia para lo que
pretende ser solo una mirada breve, un atisbo apenas, un tímido asomo desde mi
pequeña ventana, hacia ese “mundo ancho y ajeno”, incorpóreo y sutil,
impalpable tal vez, pero vasto, intenso, profundo y hermoso que nos arropa y
nos contagia de la embriaguez imaginativa del autor.
Yo
Don Caballo Rey, fue publicado por el Fondo Editorial del Círculo
de Escritores del estado Cojedes, en San Carlos, 1995. Lo conforman poemas escritos
durante los años 1993-1994. De su poesía, tal vez es su libro más reconocido, o
al menos el que más se le ha reseñado, por el que ha viajado más disfrutando la
lectura de sus poemas. Es un libro que retrata el paisaje de los llanos,
dedicado fundamentalmente al caballo, protagonista indomable de los esteros, de
los palmares, de las distancias, de los atardeceres y de las interminables
noches de invierno en el llano. Ese amigo inseparable del llanero que le lleva
de su casa al campo, a la faena diaria, al baile, al rebaño… Comienza con una
dedicatoria a su madre, donde expresa su sentimiento por ella, por la tierra,
su lar nativo, su casa y un caballo.
Me dicen
que al sur
queda
otro país
un caballo
y una mujer
que reza por mí
cuando salgo de casa
Es el pasado y el
presente en una conjunción de sentimiento poético por lo tradicional, por la historia,
por la vida. Para explicarlo apelo a la palabra profética eterna de Eliot,
cuando señala que:
El sentido
histórico conlleva una percepción no sólo de lo pasado del pasado, sino de su
presencia; asimismo, empuja a un hombre a escribir no meramente con su propia
generación en la médula de los huesos, sino con el sentimiento de que toda la
literatura europea desde Homero, y dentro de ella el total de la literatura de
su propio país, tiene una existencia simultánea y compone un orden simultáneo (La tradición y el talento individual,
de T.S. Eliot, Selección de Ensayos,
1917-1932).
Yo Don Caballo Rey
nos retrata la añoranza de Miguel por las vivencias de su infancia en la
pequeña población de Achaguas, de los cuentos escuchados de su madre, de sus
tíos y de su abuela, de los viejos amigos “de todas las horas”, de los parajes
únicos que le preñan la memoria de momentos para siempre, del río, de la casa,
la vieja casa de la negra Pérez y Ana Rafaela, la de todos los Pérez en días de
navidad y semana santa, del tamarindo y el guayabo de espalda encorvada como la
abuela, de los primeros amores, de los sueños que lo llevan sobre un caballo, y
de los caballos, siempre los caballos: el relincho, el pasitrote, de las crines
al viento, de la muerte:
La muerte de este
caballo me duele
cómo pudiera decirlo
sin romper
con lo blanco de la
página
que ahora guarda lo
pensado por mí
César Vallejo no
sólo me saluda
me encierra en sus
redes de jade
es el que dobla las
campanas de mi dolor
es el que me
despide el que danza
en mi garganta
después del tercer trago
(Fragmento)
El tercer libro de Miguel es Gran Pulpería Del Libro (Capítulo Cojedes-Memoria bibliográfica y
hemerográfica), en edición del ICEC. San Carlos, 2004. Se abre con un epígrafe
con el que José Antonio Borjas define lo que es una pulpería: “locales de
comercio donde se vendía de todo… además era el lugar de la tertulia diaria…”
Es una definición que me lleva a la descripción que en la web se hace sobre la librería
del mismo título ubicada en Sabana Grande, de la cual se dice: “es una
fortaleza literaria de un incalculable valor en la que grandes tesoros se
esconden”. Ciertamente es una fortaleza de
pasillos largos y estrechos llenos de libros de todo tipo y tamaños. Así es
este libro escrito por Miguel, es una verdadera pulpería en la que se encuentra
de todo lo que se ha escrito en Cojedes, tanto en bibliografía como en
hemerografía: libros, periódicos, revistas, folletos, guiones, y por
consiguiente, de todos los géneros: poesía, narrativa, ensayo, dramaturgia,
guiones de cine, de todos los autores conocidos a la fecha.
De
manera novedosa, el autor estructura el libro en capítulos con títulos propios
de una pulpería: Palabras del mostrador, armarios, gavetas y ñapa. Contiene una
breve nota de Adolfo Rodríguez, quien se refiere al autor en los siguientes
términos: “Gran Pulpería del libro la elaboró, con celo de orfebre, Miguel
Pérez, un personaje que imaginamos atravesándose en una encrucijada que da, por
lo menos hacia dos o tres coordenadas del país, con su desplante, sus
terquedades e insufrible afán de enfrentamiento, que no sabemos si agrede, es
ternura, desvarío, ebriedad o iluminación”. Creo, Adolfo, que varias de ellas y
algunas otras al mismo tiempo.
Un
aspecto que quisiera destacar en lo ingenioso e innovador de la obra, “un libro
esperado y bienvenido” como señaló en su momento Julio Rafael, a lo que
agregamos que, éste es un libro necesario, por lo que a nuestro parecer vino a
llenar un vacío en la Bibliografía cojedeña. Coincidimos con Julio Rafael en su
afirmación de que este es un texto de “indagación seria y metódica, producto de
infatigables lecturas y noches insomnes”, aunque el autor asegura que: “no hice
mayor esfuerzo al escribir este texto”. Sin embargo, él mismo se contradice
cuando expresa en sus “Palabras impertinentes”, que dan entrada al texto, lo
siguiente: “He lidiado (que quiere decir: luchado, peleado, combatido) con
sesenta y nueve escritores nacidos —o con varios años de residencia— en
Cojedes, autores de libros o folletos de poesía”, y en total, con los otros
géneros suman aproximadamente 170 autores; nada fácil la pelea. Al respecto me
permito recordarle a Miguel nuevamente palabras de T.S. Eliot cuando se refiere
al trabajo y esfuerzo del escritor para el logro de una verdadera obra de arte.
Según Eliot,
“el
artista y el hombre que sufre son dos realidades distintas en la misma persona,
y es la apertura a la tradición mediante la lectura atenta y el trabajo, lo que puede
provocar que ese artista de genio transmute los materiales artísticos y
personales allegados en un todo único y nuevo, cuyo valor radicará en la medida
en que las obras valiosas del pasado se afirmen con mayor vigor. (El bosque sagrado, 1932- 1933).
Con
este magnífico texto, Miguel ha dejado clara, indudablemente, “su apertura a la
tradición mediante la lectura atenta y el trabajo”. Un libro de obligada
consulta para quien aspire un acercamiento a la memoria bibliográfica y
hemerográfica de la literatura en Cojedes.
En el año 2006, sale a la vista de los
lectores, el poemario Historia y Canto de
una Tristeza Personal, publicado por el Fondo Editorial del Caribe, desde
el estado Anzoátegui. El libro reúne 64 poemas, que según el autor corresponden
también al mismo período (1993-1994) del libro anterior “Yo Don Cabello Rey”. Sin
embargo, este es un libro completamente diferente, puede verse lo versátil que
es el poeta.
En Historia y Canto
de una Tristeza Personal se encuentra un hombre sarcástico, melancólico,
atrevido, irreverente, dialógico y dialéctico, definitivamente controversial,
sin restar lo que Adolfo Rodríguez señala del autor en “Gran Pulpería del
Libro”, ternura, desvarío y ebriedad. Todo en
este libro es diverso, dentro de una extraordinaria unidad: La temática es
diversa, el amor, la muerte, la casa materna, la infancia, una mujer (la misma
mujer en todas las mujeres), la soledad:
Esta tarde
quise llorar: y pude recordar algún viaje —de tantos— que hicimos a la casa
principal de la soledad: Es el compromiso de esta escritura: describir cómo es
el interior de la soledad. Verla por dentro. Retratarla. Palparla. Humedecerla.
Ponerla al descubierto de quienes le temen. (Fragmento del poema “Esta tarde de
marzo quise llorar pero no pude: preferí elevar una plegaria al olvido”).
Dentro
de los temas, el padre y la
madre: en un largo poema titulado “Esta
palabra que te nombra”:
…///…
Mi padre y mi madre sueñan
sueñan conmigo y sus palabras
Me anuncian reinos inaccesibles
Cofradías de niñitos decentes
de donde fui expulsado
por mala conducta
…///…
Mi madre pone en mis manos
la última carta de mi padre
Yo veo en el trazo de su letra
la trayectoria de mi pulso
Me dio un retrato suyo y comprobé
la caja de resonancia que soy de su semblante
Este poema, del cual solo transcribimos dos pequeños
fragmentos, es junto con “Esta será mi venganza”, que citaremos más adelante, protagonistas
frecuentes en las lecturas de Miguel en sus recitales de poesía.
Y en la variada temática vuelve nuevamente el
caballo, ¿uno de los símbolos en su poesía? Al noble animal dedica uno de los
capítulos, con el título de “Yo, don caballo, el paso y los insomnios”. Y entre
los poemas:
El potro está a la misma altura
del horizonte.
De igual modo, en la diversidad del conjunto,
encontramos que la estructura en la composición de los poemas es también
novedosa, no hay una estructura única, poemas tan largos como “Esta será mi
venganza” y “Esta palabra que te nombra”, que abarcan tres páginas continuas,
junto a poemas tan cortos, de una línea apenas:
Duermes, yo cuento las
estrellas
Como referíamos antes, sobre los símbolos, creemos que
uno de ellos es el caballo, de igual manera nos topamos repetidamente con un
nombre de mujer, Claudia, un nombre que se repite en la prosa, en la
composición poética, en la narrativa y en las meditaciones de Miguel.
Esta será mi venganza.
Claudia me abandonó un día de lluvia.
Yo la vengo a despedir con un poema.
…///…
Claudia, toda la noche es tuya. Vete lejos, no esperes a nadie. Ni a mí
mismo.
Libérate. Déjame en paz. Tengo un sueño avanzado
Ése, uno de los poemas más largos en este libro. Y
más adelante, en el capítulo subtitulado “Meditaciones escandalosas e inusuales
acerca del ridículo arte de componer poesía”, nos encontramos nuevamente con
Claudia:
Frente a Claudia, 20 años después
Claudia tenía cuarenta años, alta, morena, armada de
una mirada de virgen así la seguía percibiendo a la distancia de lo vivido y al
tiempo de escribir…
La
penúltima parte de este libro diferente, se titula “Dos ventanas y una puerta”,
con el subtítulo de “Meditaciones escandalosas…” que ya referimos, y es otro
elemento distinto que vale la pena acotar: ¿son meditaciones realmente
expresadas en prosa poética, son elucubraciones de la ebriedad del poeta? ¿o son
el atrevimiento narrativo con pequeños cuentos que encierran las entreveradas historias
de una trama sin fin? Sólo el poeta tendría alguna respuesta, o simplemente nos
diría con su risa sarcástica, frente a un vaso de cerveza, que la poesía no da
explicaciones ni tiene respuestas. O nos remitiría a uno de sus versos que
dice: “la poesía no tiene tiempo para los
grandes temas”.
Sin
embargo, lo innegable es que en “Historia y Canto de una tristeza personal” no
se declara la tristeza, hay mucho canto sí, hay mucha historia y sobre todo,
hay un derroche de imaginación. Por ello, cerramos el comentario sobre este
libro con las palabras de T. S. Eliot, a propósito de los símbolos, los
recuerdos y la imaginería de un poeta:
"Sólo
una parte de la imaginería de un autor procede de sus lecturas. ¿Por qué, para
todos nosotros, a partir de lo que hemos escuchado, visto, sentido, durante
nuestra vida, ciertas imágenes recurren, cargadas con emoción, más que otras?
Tales recuerdos pueden tener un valor simbólico, pero no lo podemos determinar,
porque vienen a representar las honduras de sentimiento a las que no somos capaces
de asomarnos". (Función
de la poesía y función de la crítica, 1932-1933).
Cojedes, Poesía de Doce
Autores, presentado
a los cojedeños en el año 2007, es el siguiente en la lista de los libros
publicados de Miguel, en edición del Fondo Editorial del ICEC, en San Carlos.
Como sugiere el título, se trata de una antología de autores, y como tal
obedece a criterios personales del autor la selección realizada. En todo caso,
vale tener presente la experiencia previa de indagación exhaustiva que llevó a
Miguel al logro del libro “Gran Pulpería del Libro”, investigación que le
permitió pasearse por todos los escritores, poetas y no, vinculados a la
literatura del estado Cojedes desde 1811, con Vicente Rolichón Piñero, hasta
nuestros días, todo lo cual suma a favor de una amplia visión sobre lo escrito
y sobre los autores.
Por supuesto, una antología es una selección,
por lo tanto es una decisión que implica un compromiso del autor
con su criterio, con los lectores, con los seleccionados y con los que de
alguna manera consideran deberían estar y no están, y sobre todo es importante
que en el concepto de pluralidad existe un consenso de unidad enmarcado por el
propósito o la intención que se plantea al realizar dicha selección. En este
caso, el
libro se inicia con una especie de preámbulo, bajo un título controversial y
provocador: “Palabras imprescindibles para empezar en desacuerdo”.
Y ¿de qué se trata el desacuerdo? En esas
primeras páginas se explica brevemente el punto de partida de la poesía de
Cojedes, como señalamos, de 1811. Se revisa someramente el siglo XIX y sus
autores hasta llegar al siglo XX, destacando los escritores a partir de 1920,
pasando por la fundación del grupo Llanura, enfatizando la figura y talla de
José Carrillo Moreno, cuyos poemas fueron premiados por el Ateneo de Valencia
en 1940. Pasa luego a mencionar la poesía y sus creadores en las décadas de los
80, 90, hasta el 2006, primera década del siglo XXI, señalando que fueron
consultados 147 autores, presentando una síntesis temática de los mismos,
caracterizando también sus creaciones poéticas, de manera muy general.
Seguidamente el autor nos da pistas sobre el
propósito del libro cuando declara que: “este libro no es más que un testimonio
de vigilia por el Cojedes que no tenemos, sus letras, su historia y su futuro…
¿Comprenderán las nuevas generaciones que no deben seguir los pasos de los
poetas anteriores? ¿Estará allí el desacuerdo?, ¿o acaso éste se encuentra en
la selección misma de los escritores que forman parte de la antología? Otro
misterio en las decisiones escriturales de Miguel.
La selección comprende doce autores, como lo
señala el título del libro, agrupados, como se indica en la contraportada “en
ese orden misterioso que nace del tiempo
en que han vivido…” Allí están para los lectores, las reseñas y una muestra
poética de Eduardo Mariño, Sarita Medina López, Miguel Pérez, José Daniel
Suárez Hermoso, Isaías Medina López, Miriam Rodríguez, Orlando Flores
Menessini, Juan Chávez López, Faver Páez, Carlos Noguera, Pedro Parayma y Juan
Villaquerán Páez.
Al año siguiente, 2008, un nuevo libro de
poesía sale a la palestra nacional: Una Vez Frente Al
Paso (Todas Las Veces) Hacia El Anochecer, publicado por
Monte Ávila Editores Latinoamericana, colección ALTAZOR. Esta publicación, dentro
de este fondo editorial, y particularmente en esa colección es, en nuestra
opinión, un reconocimiento al trabajo continuo, a la calidad poética y a la
trayectoria nacional que ha venido sumando Miguel en su oficio de escritor.
Aquí está de nuevo desentendiéndose cada vez más de las
estructuras convencionales: poemas cortos, poemas largos, versificación
asimétrica, versos entrecortados, poemas titulados, otros cuya primera línea
sirve de título, en fin, elementos que caracterizan y definen su poesía. Un
libro en el que, según apreciamos, se rinde homenaje al poeta Alfredo Chacón,
tomando parte de sus versos como epígrafes en la mayor parte de sus páginas.
En
cuanto a la temática, tal vez éste, y no el poemario del 2006, resume la
historia de una tristeza personal, en una poesía donde se expresa dolor, angustia,
tristeza, melancolía y soledad, transformadas todas en la belleza de un poema.
Son los sentimientos desbocados como potro libre en esa llanura inmensa que
tanto ama. Sobre todo una manifestación intensa de añoranza por la tierra, el
río, el zaguán de la casa materna y los cuentos de la abuela, la nostalgia por el padre ausente
y los caballos como siempre cabalgando en sus páginas a lo largo del libro.
La
tristeza por un adiós a las cosas que se han ido, el envejecimiento de la
madre, la oscuridad en los ojos de la abuela, los pasos extraviados en la costa del río. Escribir el poema, dicen,
es una manera de retener lo que amamos, el lamento ante lo que se ha ido, lo
que se ha perdido, lo que se desvaneció en el tiempo, ante la mirada impávida
del progreso:
No pude evitar aquellas
noches reunidos en torno a la silla de la abuela
a
ambos lados del portón
Las
manadas de vacas mansas pasaban lentas
Mi
abuela dejaba la sensación de un mundo lejano
dentro
de las empalizadas del olvido
sin
posibilidad ninguna de alcanzarlo
Lo
comprobamos con la desaparición
de
aquel pueblo que hemos visto partir sin darnos cuenta
veinte
años después.
Y es
que la complejidad del ser humano está llena de miedos y pesares, de allí la
angustia y la nostalgia, de allí la soledad que nos agobia, aún entre la gente.
José Hierro, el gran poeta español, lo expresa muy bien en su poema “Luz de
tarde”, del libro ALEGRÍA, (1947):
Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo este
espacio,
tornar a este instante. Me da pena soñarme rompiendo mis
alas
contra muros que se alzan e impiden que pueda volver a
encontrarme.
Y
en el mismo libro, nos topamos con un poema a la evocación, a lo vivido que nos
atrapa y nos angustia, al pasado que añoramos y ya no vuelve: “Recuerdos”:
Aquello
era hermoso. ¿Te acuerdas de como las flores nacían?
¿De
cómo traía el ocaso su rojo clavel en la boca?
…///…
¿Te
acuerdas de aquello? Aquello era hermoso.
Yo
no sé si tú vuelves conmigo y conmigo lo evocas.
Hay
un instante que todo lo puede, que salta los días
y
vive presente en el cielo dorado de nuestra memoria.
No
pretendo hacer comparaciones, solo nos anima la intención de comprender la
desolación y la angustia del poema. Miguel lo expresa de esta manera:
La desolación está
sembrada en mí
Soy la tierra. El que
escribe,
la herencia
Y en
el poema:
A
pesar del verano
las
aves vuelan
hasta ese lugar de
antes
Muchos
árboles no están
Tampoco
nosotros, ni la puerta negra del corral. Ni la casa
Apenas
un rastro enfermo donde la soledad nos apretó la soga
En
cada poema hay un retrato de la tierra amada, se palpa el dolor por lo que se
dejó atrás y ya no se encuentra. Y si aún dudáramos, nos basta con leer dos
versos del poema “No me busquen en otro sitio porque no estoy”:
Este
no es el pueblo de mis primeros amores
Tendrán
que decirme de cuál me olvidé y a cuál me llaman
En el mismo tono, acerca de este libro
hay una nota de Alberto Hernández, en “Crónicas del olvido”, que Miguel incluye
en “La mirada del verano (Historia de la poesía en Cojedes 1810– 2010)”, aún
sin publicar, donde el poeta Hernández refiere lo siguiente:
“Se trata de un poemario destinado a los exiliados, a los
que dejaron el lugar de origen y no se han despegado de él, puesto que lo
llevan atado a los huesos (…). ¿Cuánta soledad se aísla en la crónica de un
verso? Miguel Pérez no se despega del poema: lo hace voz íntima, personal de la
misma poesía. Texto, estructura e imágenes hacen crisis en el contenido
axiológico del poeta”.
En
correspondencia a lo anterior, alguna vez leí sobre Neruda, que antes de “Residencia
en la tierra”, hay en toda su poesía una bella tristeza que se complace en sí
misma. Una melancolía que habla mucho
del dolor y la angustia, pero que solo en Residencia aparece delante, y sin
nombrarlo, el dolor realmente infinito del poeta. Pienso ahora, releyendo a
Miguel, como en un símil, ¿se refería acaso mi lectura, al dolor infinito de
todos los poetas, al dolor infinito que angustia a todos los hombres sobre la
tierra y que sólo algunos pueden entenderlo y expresarlo en su elevada
manifestación? Así lo presiento en este libro de Miguel.
Culminan
nuestros comentarios sobre los libros que han sido editados del poeta en
referencia, abriendo las páginas de Vino Soledad María
Tierra, publicado por la Fundación El perro y La rana, Caracas, 2009. Este
es un libro, como lo sugiere el título, dedicado a la taberna, al vino (y por
vino, no literal, cualquier bebida espirituosa propia de los poetas), a la
barra (que es el bar). Un libro escrito en la obediencia al mandato de Omar
Khayyám en aquello de:
Consagra,
a las luces del alba, tu copa de vino,
que
semeja un tulipán de primavera.
Y de
acuerdo con él, seguramente, en la hermosa cuarteta que el poeta persa dedica
al divino elíxir:
Nuestro
tesoro es el vino y nuestro palacio la taberna.
Es una ofrenda a la
vida oscura y misteriosa que se esconde en las entrañas de la noche, detrás de
un tarro de cerveza, a las mujeres que acompañan la soledad y la embriaguez de
quien busca olvido en el recuerdo:
Nunca te han escrito
un poema de amor
nunca nadie como yo
tiene demasiadas dificultades
en esto de escribir
el dolor
Muchachita mía de tus manos baja
el jaguar de los
días como evitarlo
si estamos tan solos
en esta mesa
Tú en espera de
alguien que permita ganarte el pan de los tuyos
Yo en el fango del
olvido tratando de cortar las alas
a las mariposas del
dolor.
(Fragmento)
La
poesía… asegura Jiménez Emán (ob. cit), “puede tomarse también como una
reflexión sobre el mundo y sus realidades tomando al lenguaje como centro. De
este modo, nos comunica siempre algo significativo, permanente, que toca a la
vez el pensar y los sentidos para dar cuenta, en una lengua que trasciende el
discurso corriente y el lenguaje habitual, otros campos o zonas del ser”. Así lo considera Mariño, prologuista del libro,
cuando refiere que Vino soledad, María
Tierra, es una reflexión que hace el poeta en torno a su proceso
escritural, y señala además alguna semejanza con Nadja, de Bretón y Las formas
del fuego, de Ramos Sucre, puntualizando que: “Los tiempos del sueño y del
día se confunden con los de la escritura y su reflexión”.
En la contraportada,
se reseña que Miguel Pérez “insiste en imágenes que remiten al mundo nocturno y
a los tragos como una forma de celebrar a la mujer amada en algún tiempo, al
oficio de escribir y también a aquellos poetas que dejaron en él una casa
abierta”. A nuestro parecer, hay una celebración en este libro, es a la barra y
a la herencia de los poetas iluminados, embriagados y alucinados que alimentan
sus noches de insomne lector. Miguel destila versos en la taberna donde le
acompañan Vallejo, Rimbaud, Bretón, Baudelaire, Juan Sánchez Peláez, Ramos
Sucre, Ana Enriqueta, Hanni Ossot, Igor, Valera Mora…, con quienes comparte la
fiesta del I Manifiesto en un estruendoso brindis por la poesía de todos los
tiempos y de todos los poetas:
…///…
Por el bien de la poesía
trabajamos todos los días
Víctor Valera Mora y
yo
…///…
Querido Bretón
Cuida a ese muchacho
de 80 años Juan Sánchez Pelaéz
Ese río de palabras,
ese delta de hilo
Pertenece a Alfredo
Silva Estrada
“paisano” de Ramón
Palomares está dentro de los fundadores
…///…
Entonces pienso en
el ave, su talla gestual, dispensadora del verano
ANA ENRIQUETA TERÁN
Del país de la pena
tapa y destapa a una Hanni Ossot terrible y tierna
…///…
Siempre contigo
Bretón
Buscamos el oro del
tiempo
No siendo yo hombre
de tribu
Mando no mirar a la
nostalgia
Festejo al PRIMER
MANIFIESTO
Definitivamente,
Miguel ha tomado lugar en la poesía, en la verdadera, en la poesía del trabajo
diario, en la poesía sudada a vino y lágrimas, en la poesía de la constancia,
haciendo uso del lenguaje, como lo concibe el poeta y lingüista peruano Mario
Montalbetti (2013), quien habla sobre el lenguaje y la poesía
en entrevista para el blog transtierros
y que tomamos del blog de noticias on-line Moleskine-Literario, cuya respuesta
a la pregunta ¿En qué radica escribir bien?,
transcribimos en su totalidad, como argumento de nuestras propias reflexiones:
“Creo que quien escribe bien escribe en contra del
poder. En principio, en contra del poder lingüístico, en contra del lenguaje.
En todo caso a mí siempre me han interesado más poetas y escritores que no
escriben “con” sino “contra” la lengua. Vallejo es un ejemplo casi trillado de
esto con Trilce. Creo que lo que se revela cuando escribes contra el lenguaje
es que escribes en general contra el poder político, religioso, etc. Esto es
tanto práctico como ideológico. Práctico en el sentido de que, por más que tengas
buenas intenciones si no escribes bien no escribes bien y punto. Pero, por otro
lado, creo que tiene que ver con asumir una especie de ética relacionada con lo
que Fray Luis de León, en su traducción del Cantar de los Cantares, llamaba la
corteza de la letra, la cáscara de la letra, el sonido de la letra. No se trata
de escribir para convencer, los poetas no escriben para convencer a nadie,
presentan algo y si alguien agarra y hace algo con eso es fantástico”.
En mi
apreciación, es lo que ha venido haciendo Miguel, no escribe para complacer ni
para convencer a nadie, sencillamente escribe porque es su oficio, porque es
poeta y punto. En la búsqueda de nuevas propuestas, reconociendo el buen trabajo
que otros han hecho, y procurando siempre nuevas vías para hacer lo propio. De
hecho, en un poema no publicado aún, correspondiente a uno de los trabajos
inéditos (Los adioses del río), el autor se refiere al logro de la verdadera
poesía como un milagro, pero un milagro producto del esfuerzo y el trabajo
continuo. Precisemos en sus propias palabras:
¿dónde
habita el milagro?
—en el
trabajo y si no me equivoco
en el
ajeno campo de la imaginación
Al que
accedes después de una larga suma de conocimientos
Finalmente
invito a la lectura de este libro, para degustar su escritura, y del conjunto, tres
poemas en particular: 1.-La bonita carpintería del sueño (Arrimos para que el
centenario de Bretón no pase por debajo de la mesa), del cual solo
transcribimos apenas un pequeño fragmento, 2.-Ana Enriqueta Terán Madrid, y 3.-Elegía
del hijo agradecido.
III.-LA PRODUCCIÓN CONTINUA
Ahora bien,
culminados nuestros comentarios sobre los libros publicados de Miguel Pérez, recordamos
que en algún momento mencionamos que la producción literaria del autor es continua
y realmente abundante, es decir, su producción ha sido extensa, sin embargo es
mucho lo escrito por él que aún no se ha editado. Entre libros culminados, en
espera de salir a recorrer estanterías y ser manoseados a gusto de lectores, y
libros en construcción, se encuentran los siguientes:
Tres
poemarios:
1.-Los adioses o el
río, culminado en 1993.
2.-Desde la orilla
hasta el monte; el horizonte; la casa; el paso o la voz, culminado en el 2008.
3.-Cuando riego de
palabras al verano, culminado en el 2010.
De estos tres
libros, tengo lecturas del primero y el tercero. En ambos se mantiene la
temática característica del autor: el llano, la casa materna, la madre, la
abuela, el río, el caballo:
Lo hemos perdido
todo
Tuve una casa que
ahora es
el sitio de los
Pérez
una madre que se
echó al hombro la ausencia de mi padre
una abuela radiante
y sabia
un caballo más
hermoso que el cuento más hermoso
de Oscar Wilde
(Fragmento en “Los Adioses
o el río”)
La asimetría
estructural a la cual nos tiene acostumbrados el escritor está presente
nuevamente en estas producciones poéticas: poemas titulados, otros no, grupo de
poemas en una misma página, como un conjunto, bajo un mismo título, poemas
sueltos, poemas cortos, poemas muy largos, poemas en verso, poemas en prosa,
diálogos, historias, reflexiones y elogios. Otra de las rarezas es, por
ejemplo, en el libro “Los adioses del río”, los dos últimos poemas ocupan 18 y
13 páginas respectivamente, larguísimos por supuesto, construidos con versos de
frases entrecortadas o de una sola palabra.
Seis
ensayos (literatura, historia y política):
1.-El Continente que prefiere llamarse Simón
Bolívar (Concluido)
Creo necesario,
antes de hacer alguna pequeña nota sobre este interesante trabajo de Miguel,
referir un hecho cierto sobre la condición de lector voraz e insaciable que es Miguel
Pérez, pero además es perseverante y acucioso en la búsqueda de todo material
escrito que sea de su interés, y uno de los temas de su mayor interés ha sido
siempre la historia de Bolívar, por ello puedo asegurar, y lo hago con
propiedad, que una de las colecciones más completas de los escritos de Bolívar
y de lo escrito sobre Bolívar, se encuentra en la Biblioteca de Don Miguel
Pérez.
El libro aparece
fechado con el año 2009, sin embargo su inicio real data del año 2006, con la
preparación de una ponencia que el autor presentó en Colombia, con el título de
“Bolívar Escritor”. La indagación que hiciera en esa oportunidad sobre El
Libertador le sembró el alma de inquietudes: Conciencia del material
bibliográfico y hemerográfico que había acumulado sobre Bolívar, las
contradicciones biográficas que sobre nuestro héroe nacional existen, tanto en
el ámbito nacional como de orden internacional, los detractores y los aduladores,
el personaje que nos presenta la historia y el personaje novelado, los autores que
resaltan el lado humano y quienes le divinizan, y por supuesto, los
innumerables y diversos asuntos de los cuales se ocupó Bolívar, sin dejar de
lado la mitificación de la cual ha sido objeto y los trabajos de investigación
que recorren desde la imagen popular hasta la imagen en los altares de la
santería venezolana. Efectivamente, el autor lo explica muy bien en la
introducción del estudio, al señalar que: “Este ensayo bien pudiera ser una
lectura proveniente de lecturas de diferentes autores, de distintas épocas y
visiones, de la mano con la directa y personal de la papelería del héroe…”
Este largo ensayo
comenzó a escribirse con la intención de título “Bolívar, 200 años después (Obra
en construcción)”. Y posterior a otros intentos se ha culminado con “Un
Continente que prefiere llamarse Simón Bolívar”. Comienza con “Una nota al
margen del manuscrito”, que efectivamente es una nota del historiador cubano
Salvador Morales, profesor universitario en ciudad de México, una vez que leyera
el material en plena elaboración, de la cual transcribimos unas líneas:
“Lo visto… me ha
dejado pensando… en el papel de los mitos —de variado origen, tipología e
intenciones—… en la pervivencia de esta personalidad en el imaginario
continental y venezolano. Se les maneja a gusto del manipulador político e
ideológico (…) De modo que tu manejo literario, poémico a veces, me simpatiza,
aunque me gustaría acotarlo de temporalidades y precisiones correctoras y
mostrar un poco de afán desmitificador” (Salvador Morales Pérez).
En el libro se
presentan las distintas visiones sobre el héroe, desde las posiciones más
despiadadas y despectivas, hasta las más exacerbadas en el culto a Bolívar. En cada
caso, el autor de este trabajo analiza e interpreta a los autores consultados,
y asienta su posición, con las citas de las respectivas fuentes como soporte de
sus argumentaciones. Son más de 300 los autores y alrededor de 500 las fuentes
consultadas y referidas entre bibliografía y hemerografía, documentos y
papelería diversa. Son más de 400 páginas en las cuales se distribuyen seis
capítulos y una extensa introducción, dividida en tres partes. Un interesante
trabajo que merece ser publicado con la urgencia que requiere atender la
necesidad de profundizar en el conocimiento de nuestra historia, de nuestras
raíces y de nuestros héroes.
2.-La mirada del verano (Historia de la poesía
en Cojedes 1810- 2010). Con prólogo de Adolfo Rodríguez. (Concluido)
Este libro es el más
extenso de las producciones escritas de Miguel Pérez, tiene 743 páginas,
distribuidas en tres tomos y es, indudablemente, la mejor demostración de lo
que es la dedicación, la constancia, la pasión de Miguel por la escritura, el
respeto por la poesía y su entrega a tiempo completo para el logro de la meta
propuesta: una revisión exhaustiva, profusa y profunda de la poesía escrita en
Cojedes, por cojedeños y/o por foráneos vinculados a esta pequeña geografía
enclavada en el corazón de Venezuela.
En el primer tomo se
desarrolla todo el contenido relacionado con el análisis, los desacuerdos del
poeta con algunas interpretaciones que otros autores han hecho en torno al
tema, sobre todo en cómo se concibe la poesía: ¿Cuál poesía Yorman Tovar? (…)
¿Qué entendemos por escritores cojedeños? ¿Cuál llano? Los doscientos años de
poesía en Cojedes, siglo XX, siglo XXI y los últimos 50 años. El segundo tomo contiene
los anexos, producto de una indagación de materiales diversos, verdaderamente
invalorable: Cantos anónimos, Cancioneros, Música, folklore, autores reseñados
en diversas bibliografías, antologías. En el tercer tomo continúan los anexos y
cierra con una Cronología: despliegue de textos y quehacer de sus autores
dentro del contexto cultural de Cojedes, comenzando en 1779, con “Llegada del
Obispo Mariano Martí al pueblo de Cojedes”, culminando en el 2010 con “El poeta
Eduardo Mariño es nombrado Director del Gabinete Estadal del Ministerio de la
Cultura en Cojedes”.
El autor nos explica
en principio que esta obra fue: “concebida primeramente como ponencia,
presentada en el I Foro de Literatura Llanera: Escritores de Apure y Cojedes,
en homenaje a Elisur Emilio Lares Bolívar (UNELLEZ. Achaguas, 11 de marzo de
2011)”. Ciertamente, gran parte de los ensayos de Miguel han comenzado con una
ponencia o la preparación de un discurso para un evento literario, o alguna
actividad conmemorativa de alguna fecha patria a la cual se le haya invitado
como ponente u orador de orden. En este caso, debemos regocijarnos los
cojedeños por la feliz participación de Miguel en este foro, que se convirtió
en la oportunidad para dar inicio a una larga investigación cuyo resultado es
esta obra de alto contenido informativo, analítico, antológico y bibliográfico,
sobre un período de 200 años, de 1810 hasta 2010.
Cabe señalar que la
antología “Cojedes: Poesía de doce autores”, publicada
en el año 2007, forma parte de un capitulo en este libro, con el subtítulo de
“Suma decantada: Muestra”. Otro aspecto, digno de comentar es el prólogo,
“Miguel Pérez, Poesía en la Crítica Literaria”, con autoría de Adolfo
Rodríguez, por demás acertado e interesante en sus valoraciones, por lo que
creemos que en sus palabras puede apreciarse la calidad de este trabajo de
Miguel en torno a la poesía, la literatura, la creación oral y escrita, las
vivencias, las publicaciones y lo inédito, a lo característico, a lo
particular, a los buenos y malos intentos de grupos, revistas y periódicos, en
fin, demos la palabra a Rodríguez, en la transcripción de unos pocos párrafos
del prólogo de 16 páginas elaboradas por este escritor, paisano de Miguel:
“Desde
ese apresto hacia el debate es como se lee esta nueva salida de MP a los campos
de la literatura, poniendo en entredicho bases que se presumían inamovibles y
esparciendo inquietudes que, parcialmente, dilucida o somete al buen juicio de
los lectores. (…). Convicto MP de “valores y creencias, y un modo de
relacionarse con paisajes y semejantes y su fe en que la poesía avanza hacia la
conformación de actos de independencia o permanentes estados de rebeldía”, de
acuerdo con el ars poética que lo asiste. (…). Puntos de vista que una
vez sentados le permiten emprender su recorrido por Cojedes: doscientos años de poesía, desde los campos de la Independencia de Pedro Vicente Rolichón
Piñero a la salida del recital de Eduardo Mariño (1810-2010)… La insomne lupa de MP dispone todo en
décadas, dice de agasajos, jaculatorias, sonetos, obras públicas, álbumes,
afamados transeúntes, fallecimientos, correspondencias, romanticismo, canjes,
agrupaciones culturales, premiaciones, poemarios, la cuestión social, prosa
poemática y demás publicaciones, siempre al trasluz de su experticia y tarjas
(aunque “la cantidad no se corresponde con la calidad”, nadie escapa de su meticulosa
enumeración)”.
3.-El chavismo como despeje del problema
(Concluido, en fase de revisión)
Sobre Chávez, más
que sobre el chavismo, se ha escrito mucho ciertamente, sin embargo, este
trabajo que realiza Miguel Pérez al respecto tiene varios elementos novedosos:
Primeramente, es un acercamiento a una etapa histórica reciente, aún en
desarrollo, dado que se trata de los cambios, logros, acciones, contradicciones
y confrontaciones que vive nuestro país a partir de la gestión política de Hugo
Chávez hasta el 2010, con mucho que indagar aún y, naturalmente, con muchas
variables por despejar.
En este caso, el
autor nos presenta un análisis del chavismo bajo el subtítulo de: “Once años de
Historia Política de Alpargatas y Joropo”, en alusión al refrán venezolano “A
comprar alpargatas, que lo viene es joropo”, al que apeló Luís Herrera Campin,
ex presidente de nuestro país, a finales de 1998, en
víspera del triunfo electoral de Chávez, como una premonición de lo que creía,
según su visión y posición política, sería el destino del país. Luis Herrera
señaló. “A comprar las alpargatas porque lo que viene es joropo”, un exhorto,
en su lenguaje refranero y criollo, a
prepararse porque las cosas no estaban fáciles y la lucha sería larga. La misma
expresión fue utilizada por el Presidente Chávez en mayo del 2009, como una
recomendación a la oposición, sobre la base de su intención de profundizar el
proceso revolucionario en Venezuela.
En ese contexto, y
refiriéndose al período 1999- 2010, el autor se vale, como hemos visto antes,
de una metodología que se ha hecho personal, de citas, con destacadas
referencias hemerográficas, a lo que suma sus interrogantes, reflexiones y
acotaciones argumentativas, para lograr un discurso de análisis crítico sobre
la base de un diagnóstico, con basamento escrito por actores partidarios de
cada sector, que Miguel resume en los siguientes términos: “La realidad venezolana
actual (últimos 11 años), expresada y cuantificable en los aspectos políticos,
económicos, sociales, culturales y religiosos, se caracteriza por una
polarización de opinión que casi no permite una lectura objetiva —sostienen los
que adolecen dificultad de ubicarse— sin caer en el terreno parcial de los dos
bandos en beligerancia: el gobierno y la oposición (…)”
En consecuencia, el análisis
se desarrolla desde el rechazo a los alegatos polarizados que diariamente expresan
en los medios de comunicación: fundamentalmente en prensa escrita, radio y
televisión, representantes del chavismo y la oposición, hasta el exaltamiento
de logros, altamente significativos en materia política, económica, social y
cultural que ha vivido el país en estos últimos años. La realidad se
caracteriza, como señala Miguel, “por el enfrentamiento de dos visiones: la del
cambio y la que se opone a ese cambio”. Todo ello centrado en un dilema básico
que el autor propone como una variable para el despeje:
“Un político que no
tenga el mango de la “verdad” en la mano y viva del laboratorio de la rutina
únicamente, está condenado a ser aspirante a Diputado o Gobernador, o
comentarista de la noticia, pero jamás será protagonista principal en el
despeje del gran dilema que impone una sociedad como la nuestra, gobernar para quién
y “contra quién” (…). Esa es la variable de este momento…”
El libro, que no
está separado en capítulos, sino que constituye un continuo de referencias,
acotaciones y reflexiones, destaca algunos subtítulos que van orientando el
análisis, entre los cuales, por ejemplo, cabe reseñar: La bancarrota del
reformismo; Venezuela después de Chávez, la vía revolucionaria; La politización
partidista de la noticia; El conjunto de subconjuntos de logros.
Al final, el
análisis se complementa con una especie de anexos, construidos por el mismo
autor bajo el subtítulo de “El dulce encanto de lo concreto”, que contiene
cuadros de síntesis sobre los períodos históricos del siglo XX venezolano;
Movimientos y partidos políticos gobernantes en el siglo XX; Constituciones del
siglo XX con sus respectivos comentarios; Constituyentes del siglo XX y Golpes
de estado del siglo XX. Igualmente se anexan Cuadros con datos estadísticos e
indicadores económicos; referencias sobre los resultados electorales y la
participación ciudadana en los últimos veinte años; análisis comparativos de
los procesos electorales, y como cierre “Un pequeño ideario de Hugo Chávez”,
compilado por el autor, al cual agrega innumerables fuentes hemerográficas
contentivas de “Las líneas de Chávez”.
Definitivamente una
visión del país bien interesante, un libro necesario en la bibliografía
venezolana sobre nuestra historia contemporánea, una fuente de consulta sobre
el chavismo y el comportamiento electoral venezolano de los últimos tiempos y
una demostración feliz de la capacidad crítica, de análisis político e
histórico del poeta y escritor que es Miguel Pérez.
4.-Historia política de Cojedes (1989-2012).
La Hegemonía del chavismo (Concluido, en fase de revisión).
5.-El chavismo, historia mínima. Del juramento
del samán de Güere a la alocución del 08 de diciembre (1982- 2012). (300
páginas y aún en construcción).
6.-27 de febrero (en plena elaboración).
Estos últimos
trabajos no los conozco en profundidad, solo tengo en la memoria los días
enteros que Miguel Pérez ha dedicado a su producción, amén de algunos
comentarios en intercambio de opiniones respecto a las temáticas abordadas. En
Historia política de Cojedes, el autor ofrece el resultado de su investigación
sobre el comportamiento político y la participación de los cojedeños en los
procesos electorales desde 1989 hasta 2010, enfatizando el triunfo constante
del chavismo como principal fuerza política en el estado, presentando cuadros
estadísticos de participación, abstención, resultados generales y específicos
por municipio, destacando, como siempre sus observaciones bien sustentadas en
las referencias respectivas.
En el libro “El
chavismo, historia mínima”, hace un paseo por la historia y actuación política
de Hugo Chávez Frías, que va “Del juramento del samán de Güere a la alocución
del 08 de diciembre del 2012, por lo que el recorrido parte de 1982 y culmina,
hasta ahora, en 2012. Y digo hasta ahora, considerando que el libro, a pesar de
sus 300 páginas, aún está en construcción, por lo que hasta el título puede
cambiar y resta mucho que referir en esa historia mínima del chavismo que
haciendo historia aún no es historia.
En cuanto al ensayo
sobre el 27 de febrero, también está en proceso de creación, y aunque por ahora
tiene ese título, ya sabemos que mientras la obra no se publica, cualquier
título es tentativo, pues a lo largo de su revisión hasta el último momento
puede cambiar. Lo cierto es que nació producto de una conferencia que el poeta
dictó a un numeroso público el 25 de abril del 2013 en el Instituto de Cultura
del Estado Cojedes, con motivo de la apertura de una exposición fotográfica de
Francisco Solórzano (Frasso), conocido fotógrafo de trayectoria nacional. Esta
conferencia fue titulada, en esa ocasión, como: “El país que descubrimos el 27
de febrero”. El mismo tema, ampliado, y con nuevas referencias, fue presentado
nuevamente en el mismo espacio, el 2 de mayo, esta vez con el título de “Desde
ayer y desde hoy”. A partir de entonces el texto ha crecido, se ha enriquecido,
tomando cuerpo para un nuevo libro con el estilo literario característico de
Miguel Pérez, con una argumentación donde se entrelazan lo histórico, lo
político y lo poético, componentes inseparables en el discurso de este autor.
IV.- COMENTARIOS FINALES
Al
cierre de nuestro paseo por la obra de Miguel Pérez, quisiera agregar algunos comentarios,
alguna inquietud, cosas sueltas que quizás no encajan en los tres aspectos
anteriores, en que se estructuró el desarrollo de esta mirada breve que se hizo
sobre el trabajo escritural del poeta.
1.-
Por ejemplo, si le hubiese preguntado al poeta ¿Por qué escribe? Agregaría su palabra, pero como no lo hice, me
atrevo a imaginar posibles respuestas. Una primera tentativa nos lleva al
escritor Georges-Michel Darricades
(2009), que tiene en su blog en línea un artículo sobre el tema ¿Por
qué escriben los poetas?, donde cita un texto del poeta
chileno Oscar Hahn, que se refiere precisamente a lo que comentamos, titulado:
¿Por qué escribe usted?, y de él tomamos lo que dice, imaginando que pudiera
ser también una posible respuesta de Miguel:
Escribe
Darricades:
“Así Hahn
cuando responde la pregunta del título echa mano a los clásicos, dando una visión
academicista, que es: “porque Góngora, porque la tierra, porque el sol: /
porque San Juan, porque la luna, porque Rimbaud”. No le es posible a Hahn vivir
sin la escritura, está ahí en su propio yo, aunque quisiera no podría
desembarazarse de ella: “Porque el claro, porque la sangre, porque el papel /
porque la carne, porque la tinta, porque la piel.” Para más adelante mostrarnos
la dicotomía del amor: “porque el infierno, porque el cielo, porque tú”.
Finalmente su razón de vivir en la escritura, en la cotidianidad, escribe y no
podría no hacerlo: “porque algún día porque todos porque quizás”.
Así,
con la osadía que nos caracteriza, nos atrevemos a parafrasear al poeta Hahn,
pensando que Miguel pudiera responder que escribe por la tierra, por Sánchez
Peláez, por el llano, por el caballo, por el verano, por Vallejo, por la
lluvia, por Ana Enriqueta, por el vino, por Claudia, por Helena, por la
soledad, por el río, por las mujeres, por la madre, por la tristeza, por el
padre, por el viento, por el mar, por la casa, por la ausencia…
Sin
embargo, el mismo poeta presenta una enumeración de elementos en un poema de su
libro inédito, “Cuando riego palabras al verano”, que a nuestro parecer pudiera
también ser una respuesta a la referida pregunta:
Por
el gallito de agua / Por el caimito / Por el flor amarillo
Por
el manirito / Por el canario / Por el palo apique
Por
los toros / Por el nido del azulejo / Por el conoto / Por el manare
2.-Me
permito ahora una nota adicional sobre los libros inéditos escritos sobre
Chávez y Bolívar. A mi juicio, he aquí a un verdadero escritor, no porque el
poeta no lo sea, el poeta es el poeta, el que se bebe el viento por los ojos y
le brota el llano en los sudores del alma, el poeta es el que cabalga a pelo en
el potro cerrero de la palabra angustia y la convierte en desconcierto, el que
pinta de esperanza todos los dolores del mundo. Pero en estos textos, además
del poeta, están presentes el investigador, el analista, el crítico, el
ensayista, el hombre apasionado por la historia y la política, donde no hay una
pose ni un deseo de apariencia, y por ello nos sobrecoge la argumentación de su
discurso en el que se respira convicción, firmeza en las afirmaciones que
dispara sin cesar, aunque en algún momento algo o mucho de ello no se comparta
con el autor, pero conmueve, sin duda conmueve, tanta vehemencia, tanto
insomnio derramado en cada página que dedica al héroe, en el caso de Bolívar,
al ser humano complejo, al político, en el caso de Chávez, y en cada uno, al
personaje en la historia.
3.-Un
hecho en la vida de Miguel que le llena de orgullo y satisfacción: Dedicatoria
del Comandante Fidel Castro en su libro
“Fidel Castro. Antología mínima”, ocurrido el 12 de diciembre de 2011, donde le
escribió: “Para Miguel Pérez, el campeón de la investigación sobre El
Libertador”. Además de este hecho, tan significativo para el poeta, éste
asegura que una de las mayores impresiones de su vida la recibió ese día,
cuando el Comandante Fidel, mirándole fijo le dijo: “Yo te visto; te vi en la
televisión, en el homenaje al gran Polo”, refiriéndose a un programa dedicado
al cantautor Polo Montañés, donde Miguel participó.
4.-Algo
que no dije respecto al afán del bibliófilo sobre sus libros: Entre sus
ambiciones, quizás una de las que más le atormenta sea contar alguna vez con un espacio sin fin, para la ubicación de
su abundante colección de libros. Mientras tanto, la casa está llena de
periódicos por todas partes. Cajas con recortes, papeles, borradores y
manuscritos reposan en todos los rincones. El poeta duerme literalmente entre
los libros, pues a cada lado de la cama crecen montañas de libros, folletos y
revistas, junto a una extraordinaria colección de discos (CD), todos
originales, que guarda con celo y revisa cada cierto tiempo, como uno de sus
más preciados tesoros: los grandes clásicos, los mejores boleristas del mundo,
los íconos del llano, las voces más exquisitas de Venezuela, Cuba, Colombia,
Argentina, Brasil…
En
fin, solo me resta decir que doy fe de la constancia y el tesón con que Miguel
Pérez se entregó a dos de sus grandes pasiones, la política y la poesía,
pudiendo hacer alarde de una memoria portentosa para las fechas, los nombres,
los personajes y las circunstancias históricas, sobre todo lo cual puede
improvisar un extraordinario discurso con muchísima facilidad. Ávido lector,
versátil y polémico escritor.
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