De algunos árboles

domingo, 4 de marzo de 2012

Ay, Balazo

No te escribí estos días porque no pude... Ando amenazado de muerte, un tiro de pistola casí dio en mi rostro. Huyo de lo que fui ayer. La cruedad la conozco ¿lo puedo decir? y de ella tenemos que cuidarnos. No salgo del asombro. Esta  vez me dolio mucho. Todavía oigo las palabras en mis oidos. ¿Qué perdí? ay, balazo... ¿por qué tenías que llevartelo todo? Ay, balazo...

¿Ud. midió bien sus pasos? No le aconsejo nada... nada tengo que decir.
Yo sigo en lo mío: cuento las estrellas, contemplo los antardeceres y el río con la luna encajada en el costado... Sobre mi cama dos o tres libros abiertos.

La copa está sobre la mesa. Yo al frente... ¿quién es este hombre? Lo que piensa en ese momento, lo que niega y lo que salva del pasado...

Se te fue la mano ¿te das cuenta?

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