De algunos árboles

miércoles, 4 de enero de 2012

Por ese camino, Mariana, vino la ausencia, a celebrar mi existencia. Un tiempo de buena cara se impone.
Acudiré a una playa sin fin a esperar las gaviotas en concierto. Ver el mar angustiado batirse contra el filo de la orilla. Me toca maniobrar lo necesario. Herir a la nostalgia, aplaudir la vida. ¿Qué buscan esas inseparables compañeras en mi ser? Ausencia y nostalgia están de cara a cara sentadas, compartiendo un mismo banco. El viento juega con las olas. Alborotan mis cabellos. El sol de manera comprensiva se manifiesta. Busco el rastro de otro estado posible. ¿Qué se hizo la alegría? Llevo prisa. La imagen de dos colegiales acariciándose asaltan tres de mis sentidos. Escribo sobre la arena una palabra. Es un nombre. La costumbre de esperar crece demasiado, se desborda, se arma y deshace en mí. Te saludo y me escondo... La carencia aprieta duro, la ausencia y la nostalgia, vacían mi casa, derraman la letra. Cedo el mundo a quienes me abandonaron... Una procesión de caracoles es todo mi alrededor. La observo, cuento las olas y las burbujas. Conchas de ostras, avanzan a mi encuentro, las colecciono. De allí salta tu rostro de virgen traviesa. Danza una tortuga recien nacida. 

2 comentarios:

  1. Saludos, poeta, es un placer contarme entre los seguidores de este blog. Le deseo el mayor de los éxitos. Atentamente Isaías Medina López

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